viernes, 13 de diciembre de 2019

La Guerra de Sucesión Castellana

Tal día como hoy, 13 de diciembre de 1469, Isabel la Católica fue proclamada reina de Castilla, tras la muerte de su hermano Enrique IV. La coronación tuvo lugar en Segovia y se celebró bajo el Tratado de los Toros de Guisando. Esto provocó acto seguido el inicio de la Guerra de Sucesión Castellana, entre los partidarios de Isabel y los de su sobrina Juana.

Enrique IV muere en Madrid, el 12 de diciembre de 1474 y al día siguiente, en Segovia, su hermana, la princesa Isabel, manda alzar pendones por “¡Castilla! ¡Castilla!, ¡por el rey Fernando y por la reina Isabel, su mujer, propietaria de estos reinos!”, y de esta forma, ella zanja de una manera unilateral el problema dinástico que estaba pendiente desde hacía diez años.

Algunas ciudades, como Ávila, Valladolid, Tordesillas y Toledo, reconocen a Isabel como reina; otras, como Burgos, Zamora y las ciudades andaluzas, prefieren esperar a que se aclare la situación.

El cardenal Pedro González de Mendoza, el arzobispo de Toledo, el conde de Benavente, el marqués de Santillana, el duque de Alba, el Almirante, el Condestable, el duque de Alburquerque, juran a Isabel como reina legítima de Castilla. Pero el duque de Arévalo y Diego López Pacheco, marqués de Villena, se niegan a rendirle homenaje.

El rey de Portugal, Alfonso V, pretende defender los derechos de su sobrina Juana, con quien acaba de contraer matrimonio y los nobles castellanos hostiles a Isabel entran en rebeldía. La guerra de Sucesión Castellana tiene, pues, un carácter doble de guerra civil y de guerra internacional.

En los primeros meses de la campaña, los portugueses se apoderan de parte de Extremadura y de Galicia, ocupan Toro y, durante algunos días, Zamora. Cuentan con una invasión francesa por el norte para obligar a los Reyes Católicos a capitular.

Pero la reorganización del ejército castellano y la ayuda de Aragón permiten una contraofensiva de Fernando y a principios de marzo de 1476, en Toro, las tropas castellanas derrotan a las portuguesas. Alfonso V de Portugal espera restablecer la situación a su favor con la alianza de Francia; pero la renuncia momentánea de Aragón a sus derechos sobre el Rosellón incita a Luis XI, rey de Francia, a retirarse del conflicto.

Los reyes de Castilla afianzan su poder, reuniendo las Cortes en Madrigal. en abril de 1476 y Fernando pacifica la tierra de Zamora, mientras Isabel se dirige a Andalucía. En febrero de 1479, Fernando, que desde hace algunas semanas es ya rey de Aragón por muerte de su padre, derrota a los últimos partidarios de Juana “la Beltraneja”, en la batalla de Albuera.

El tratado de Alcáçobas, en septiembre de 1479, pone fin a la guerra: Isabel y Fernando quedan como reyes de Castilla y Juana “la Beltraneja”, renuncia a sus supuestos derechos y se la obliga a pasar el resto de su vida en un convento de Coimbra, donde muere en 1530.

Se acuerdan los desposorios del infante Alfonso, hijo del príncipe heredero de Portugal, con la infanta Isabel, hija de los Reyes Católicos y Castilla acepta la expansión portuguesa en África, con lo cual se pone fin a la guerra.

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