viernes, 10 de abril de 2020

El Anschluss austriaco

Tal día como hoy, 10 de Abril de 1938 en Austria, tiene lugar un plebiscito controlado, tras la invasión de Adolf Hitler el 12 de marzo, donde el 99,7 por ciento de los austríacos mayores de 20 años aprueba el Anschluss – "Unión" - para la unificación política de Austria y Alemania.

El Tratado de Versalles prohibía expresamente la unión de Alemania y Austria en un solo Estado. Sin embargo, ésta era una de las principales reivindicaciones que Adolf Hitler expresaba en su libro Mein Kampf.

La población austríaca era, como la alemana, mayoritariamente germánica. Una importante proporción de los ciudadanos, fundamentalmente los nazis austríacos, eran favorable a la integración estatal con Alemania, lo cual llevó al dictador alemán a forjar la idea de una “Gran Alemania”.

En ello pesaba sin duda la situación económica de Austria, todavía muy deteriorada por las repercusiones de la crisis de 1929, y que hacía que Alemania fuese vista por los austríacos como la posible solución a sus problemas.

Hitler ya había intentado la anexión de Austria en 1934, cuando el primer ministro austríaco Dollfuss - de tendencia fascista- fue asesinado por los nazis alemanes que intentaron tomar el poder por la fuerza. El fracaso del golpe de estado y la determinante oposición de Benito Mussolini a la anexión que Alemania perseguía, hicieron fracasar los planes de Hitler.

A partir de esa fecha la inestabilidad política de Austria fue creciendo, alentada por el propio Hitler y el nazismo austríaco que animó a Hitler, a presionar al primer ministro austriaco, Schuschnigg para que consintiese el “Anschluss” - unión o anexión - del país.

Ante tales amenazas, el canciller austríaco pidió ayuda a Francia y Gran Bretaña que, sin embargo, rehusaron intervenir. Para legitimar su postura, Schuschnigg convocó para el 13 de marzo de 1938 un referéndum, que expresara la posición de la población austríaca respecto al Anschluss, pero Hitler se opuso a tal plebiscito, dado que no deseaba correr el riesgo de un posible rechazo de los austríacos a la unión.

El 12 de marzo de 1938 las tropas alemanas entraron en Austria y para entonces, el primer ministro austríaco había presentado su dimisión y había sido sustituido por el pro-nazi Seyss-Inquart, mientras las tropas alemanas fueron recibidas con júbilo, por la mayoría de la población austríaca.

Así desaparecía la I República de Austria, surgida tras la I Guerra Mundial de la desmembración del otrora poderoso Imperio Austríaco. El país quedaba anexionado a Alemania con el nombre de “Marca Oriental”.

Para legitimar la anexión, Hitler convocó un referéndum el 10 de abril de 1938, que arrojó unos resultados abrumadoramente favorables a la unión. Hay que destacar, que el voto no fue secreto y los votantes tuvieron que cumplimentar la papeleta, delante de los miembros de las SS sin poder introducirla en la urna directamente.

La tibia oposición de las potencias vencedoras en la Gran Guerra - especialmente Reino Unido y Francia - que debían haber garantizado el cumplimiento de los acuerdos de Versalles respecto a Austria, estimularon la política expansionista de Hitler.

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