miércoles, 22 de abril de 2020

El día de la Madre Tierra

Tal día como hoy, 22 de abril de 1970, se establece la celebración del Día de la Tierra. Para comprender la importancia de este logro, debemos recordar que en la década de los 60 los coches se estaban haciendo más grandes y antes de 1970 los problemas ambientales se discutían muy poco o casi nada.

Pero un senador de los Estados Unidos, Gaylord Nelson, declaró que en la primavera de 1970 habría una manifestación popular a nivel nacional sobre el medio ambiente. La televisión y los periódicos, incluido el influyente New York Times, comenzaron a discutir temas ambientales, mientras la gente común se dio cuenta de que lo que hacemos afecta al medio ambiente terrestre.

La Madre Tierra claramente nos pide que actuemos. La naturaleza sufre. Los incendios en Australia, los mayores registros de calor terrestre y la peor invasión de langostas en Kenia... Ahora nos enfrentamos a COVID -19, una pandemia sanitaria mundial con una fuerte relación, con la salud de nuestro ecosistema.

El cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden aumentar el contacto y la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos.

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, una nueva enfermedad infecciosa emerge en los humanos cada 4 meses y de estas enfermedades, el 75% provienen de animales.

El impacto visible y positivo del virus, ya sea a través de la mejora de la calidad del aire o la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, no es más que temporal, ya que se debe a la trágica desaceleración económica y la angustia humana.

Recordemos más que nunca en este Día Internacional de la Madre Tierra que necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta. Promovamos la armonía con la naturaleza y la Tierra.

El brote de coronavirus, representa un riesgo enorme para la salud pública y la economía mundial, pero también para la diversidad biológica. Sin embargo, la biodiversidad puede ser parte de la solución, ya que una diversidad de especies dificulta la propagación rápida de los patógenos.

Igualmente, cada vez es más evidente su impacto en la salud humana. Los cambios en la biodiversidad afectan al funcionamiento de los ecosistemas y pueden ocasionar alteraciones importantes de los bienes y servicios que estos proporcionan.

Los vínculos específicos entre la salud y la biodiversidad incluyen posibles impactos en la nutrición, la investigación sanitaria y la medicina tradicional, la generación de nuevas enfermedades infecciosas y cambios significativos en la distribución de plantas, animales e incluso asentamientos humanos, algo que puede ser alentado debido al cambio climático.

A pesar de los esfuerzos actuales, la biodiversidad se está deteriorando en todo el mundo a un ritmo sin precedentes en la historia humana. Se estima que alrededor de un millón de especies animales y vegetales se encuentran actualmente en peligro de extinción.

Con este panorama general y el escenario del coronavirus, nuestra prioridad inmediata es evitar la propagación del COVID-19, pero a largo plazo, es muy importante abordar la pérdida de hábitat y biodiversidad.

Todos estamos en esta lucha juntos con nuestra Madre Tierra.

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