Tal día como hoy, 20 abril de 1999 se
produce el tiroteo de Columbine, cuando dos estudiantes, Eric Harris
y Dylan Klebold, vistiendo pasamontañas entran por el Columbine High
School en Denver, Colorado, disparando armas automáticas y lanzando
bombas caseras, matando a 13 personas e hiriendo a otras 24 antes de
que los dos estudiantes se suicidaran.
Originalmente, habían colocado dos
bombas caseras en la cafetería y planeaban asesinar a los
estudiantes mientras huían del edificio, cuando las bombas no
explotaron, entraron en la escuela y comenzaron la masacre.
El objetivo de los jóvenes era mucho
más ambicioso y terrorífico, matar el mayor número posible de
personas, y se prepararon para tal fin con cuatro escopetas, cuatro
cuchillos y 99 bombas de fabricación casera a base de propano.
No eligieron un día al azar, sino el
20 de abril, día de nacimiento de Adolf Hitler. Lo primero que
hicieron fue dejar una bomba incendiaria en un campo a unos tres
kilómetros de la escuela, programada para explotar a las 11
de la mañana, con el propósito de distraer a los bomberos y al
personal de emergencia.
A las 11 estacionaron sus vehículos,
cargados de explosivos que debían explotar hacia las 12 y entraron
en la cafetería, donde dejaron dos bolsas de deporte llenas de
bombas caseras. Su idea era que, tras la detonación, la gente
saldría huyendo y ellos estarían al otro lado de la puerta para ir
matando a sus víctimas a medida que salieran.
Sin embargo, las bombas explotaron
parcialmente, con lo que en lugar de asesinar a varios cientos de
personas, el número se redujo a dos muertos y una decena de heridos.
Entonces entraron en la biblioteca, donde se habían ocultado 52 estudiantes, dos profesores y dos bibliotecarios.
Allí es donde se cebaron, mostrando
una crueldad y un sadismo difícil de comprender. Asesinaron a sangre
fría a 10 compañeros y lesionaron a 12, y durante todo el tiempo no
dejaron de burlarse de sus víctimas.
Hacia el mediodía, los asesinos se
suicidaron, tal y como habían acordado. La masacre duró 49 minutos y
los agentes de policía que entraron poco después en la escuela
encontraron una cafetería y una biblioteca llenas de cadáveres,
pero también varias mochilas repletas de explosivos.
La matanza caló en la opinión
pública, a pesar de que no era el primer tiroteo masivo que se
producía en una escuela estadounidense.
La situación es alarmante en Estados Unidos, comparada con las cifras de tiroteos similares en el resto de países
del mundo, se observa que en ningún otro país ocurre nada parecido,
ni siquiera en países como Canadá donde también está permitida la
tenencia de armas.
En todas partes hay adolescentes que no
saben controlar su ira y llegan a la edad adulta con el corazón
lleno de rencor, contra sus padres, profesores o compañeros
de clase, y sin embargo no la emprenden a tiros, con todo el que les salga
al paso.
Según un documento del FBI, hay
algunos síntomas para estar alerta, pero no se conocen las causas ya
que los psicólogos y sociólogos, no se ponen de acuerdo en cuáles
son las razones que provocan este tipo de la violencia juvenil.
Algunos lo achacan a la imperiosa necesidad de
triunfar, lo cual nos habla de una sociedad, en la que triunfar en la vida no es una
opción, sino una obligación.
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