Tal día como hoy, 11 de abril de 1970
la NASA lanzó el Apolo XIII, la tercera misión tripulada de
aterrizaje lunar de Estados Unidos, desde cabo Kennedy, Florida.
Dos días después del lanzamiento,
explotó un tanque de oxígeno en la nave, lo que obligó a los
astronautas a abandonar su misión. Aunque solo tenían un pequeño
suministro de oxígeno, agua y energía, la tripulación del Apolo 13
logró regresar a la Tierra de manera segura en el módulo lunar de
la nave espacial.
"Houston, tenemos un problema", estas
fueron las palabras de auxilio del astronauta Jack Swigert que
pasarían a la posteridad, y que dieron paso una frenética actividad
en la que tanto los tripulantes del Apolo 13 como los ingenieros y
demás miembros de la misión en Tierra pusieron a prueba su
capacidad de reacción.
La explosión de uno de los tanques de
oxígeno de la nave hacía imposible el alunizaje y ponía en peligro
la supervivencia de los astronautas pero, afortunadamente, el 17 de
abril toda la tripulación aterrizaba sana y salva en nuestro
planeta, a bordo de su peculiar bote salvavidas: el Aquarius.
El Aquarius era el módulo lunar del
Apolo XIII, y su función original era la de propiciar el aterrizaje en
la Luna. Aunque nunca llegó a cumplir su cometido, gracias a él la
tripulación pudo librarse de la tragedia. Para ello, los astronautas
tuvieron que superar varios obstáculos.
Por un lado, el módulo lunar estaba
preparado para mantener a dos personas durante 45 horas, y no a tres
durante 90 horas. Además, tanto el suministro eléctrico como el
agua eran recursos limitados en el módulo, por lo que tuvieron que
racionarse al máximo.
Esto ocasionó, entre otros problemas,
que las temperaturas en el módulo lunar bajaran hasta casi los 3
grados, y las ventanas se congelaran parcialmente. También la comida
estaba fría, y al no tener agua caliente no podían mezclarla con
los alimentos deshidratados.
Otro asunto a resolver, fue la
extracción del dióxido de carbono del módulo de mando, para evitar la
intoxicación de sus tripulantes, para lo que los miembros de la misión, ingeniaron un dispositivo, para efectuar el trasvase del dióxido de carbono, desde el módulo de mando, al módulo
lunar.
Finalmente, al acercarse a la Tierra,
los astronautas separaron completamente al Aquarius del resto de la
nave para comenzar el descenso a través de la atmósfera.
Tras entrar en la atmósfera y debido a
la fricción con el aire, durante más de tres largos minutos se
interrumpió la conexión con la estación de control, pero
finalmente el bote salvavidas y sus tripulantes caían a salvo en el
Pacífico Sur, dando por finalizada la primera operación de rescate
en el espacio.
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