Tal día como hoy, 9 de abril de 1865
se puso final a un sangriento conflicto que había desangrado a
Estados Unidos: la guerra de secesión. Aquella tarde, el general
confederado Robert E. Lee rindió la mezcolanza de tropas que le
quedaban ante el general nordista Ulysses. S. Grant.
El general Lee, ante lo imposible de
continuar resistiendo a los ejércitos de la Unión, que le superaban
en número y armamento, decidió que había llegado el momento de
deponer las armas. Prolongar la lucha hubiera sido un sacrificio
estéril, pues el sur carecía de los suficientes víveres y
monturas, por no hablar de que en las proximidades no encontrarían
nada de valor para su ejército.
El lugar elegido para la ceremonia de
rendición fue el salón de la casa de Wilmer McLean, en Appomatox
Court House. El general Lee se presentó para la
rendición luciendo un aspecto impecable, con su uniforme gris de
gala y escoltado por su secretario, el coronel Charles Marshall. Sin
embargo, los unionistas lucían un aspecto mucho menos
resplandeciente. Grant y sus oficiales vestían el uniforme azul de
campaña.
Grant saludó a Lee diciéndole que
recordaba haberle visto cuando combatían en México y que nunca
había olvidado su aspecto. Lee también rememoraba haber visto a
Grant en aquella ocasión, pero no recordaba la apariencia de Grant.
Se acordó que los hombres del general
Lee no volverían a levantar armas contra la Unión y que las armas
serían depuestas. No obstante, se permitió a los oficiales
conservar sus armas, caballos y equipajes y cumpliendo estas
premisas, los soldados de la Confederación podrían regresar a sus
hogares con tal de que respetasen las leyes de los Estados Unidos.
Lee añadió que los soldados
confederados necesitarían sus caballos y mulas para que sus
familias pudiesen sobrevivir al invierno. En respuesta, el general
unionista Grant, en un gesto de generosidad, permitió que los
confederados conservasen sus caballos y mulas.
Así concluía una larga guerra
provocada por realidades sociales totalmente opuestas. El sur era una
economía eminentemente agraria, que precisaba de la mano de obra
esclava para mantenerse, mientras que el norte repudiaba la
esclavitud y experimentaba una gran revolución industrial.
Un conciliador Grant, prohibió
cualquier regocijo de las tropas de la Unión ante los soldados
vencidos de la Confederación. Mientras el general Lee marchaba hacia
Richmond, la capital confederada, el presidente sudista Jefferson
Davis, en compañía de su gabinete, viajó en tren rumbo al sur.
Finalmente, el 10 de mayo de 1865,
Jefferson Davis, su esposa y su séquito fueron apresados por tropas
de la Unión en Irwinville, Georgia.
Humillado por sus captores, fue
trasladado hasta la fortaleza Monroe, donde permaneció dos años
encarcelado y las primeras semanas fueron especialmente duras, pues
Jefferson Davis estuvo encadenado.
Puesto en libertad en 1867, emigró a
Canadá, regresando a Estados Unidos en 1869, falleciendo veinte años despues, en 1889, .
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