Tal día como hoy 12 de julio de 1936,
muere asesinado el teniente José Castillo a manos de extremistas de
derechas.
José del Castillo Sáenz de Tejada,
fue un militar español destacado durante la Segunda República.
Sería su asesinato, junto con el del conservador José Calvo Sotelo,
los que la historiografía ha considerado detonantes inmediatos de la
guerra civil española
Su padre, Valeriano del Castillo, era
un abogado de ideas liberales, y su madre Cariño Sáenz de Tejada
era de ascendencia aristocrática. Estudia el bachillerato en
Granada, e ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1919,
en la que se gradúa en 1922 como alférez.
Destinado al Grupo de Regulares
Indígenas de Tetuán, toma parte en la Guerra del Rif, donde por
méritos de guerra consigue el grado de teniente. En 1925 tiene lugar
el desembarco de Alhucemas, que precipita el final de la guerra, y
Castillo es destinado a la península.
Tras la proclamación de la II
República, Castillo entra en una fase de concienciación política,
posiblemente influido por el también teniente Fernando Condés, con
quien había trabado gran amistad durante la guerra en Marruecos.
Simpatizante declarados del socialismo,
tras el triunfo del Frente Popular en 1936, solicita su pase a la
Guardia de Asalto. En este tiempo se están produciendo continuos y
violentos enfrentamientos entre militantes de izquierda y de derecha,
especialmente falangistas y carlistas, así como una ola de atentados
contra los militares pertenecientes a la Unión Militar Republicana
Antifascista a la que Castillo se había afiliado.
Uno de estos incidentes tiene lugar el
14 de abril, en el que fue asesinado el alférez de la Guardia Civil
Anastasio de los Reyes por increpar a un grupo de personas que
abucheaban a la guardia civil que estaba desfilando. El gobierno
frentepopulista hizo lo posible para que el entierro del alférez
Anastasio de los Reyes quedase en la intimidad familiar pero sus
compañeros decidieron tratarlo con honores y llevaron su féretro a
hombros por las calles de Madrid.
La comitiva fue atacada durante el
entierro, provocando tiroteos y tumultos por la ciudad. Los Guardias
de Asalto al mando del teniente José del Castillo trataron de
disolver el cortejo fúnebre por la fuerza. Castillo estuvo a punto
de ser linchado por los manifestantes y tuvo que ser sacado del
lugar por los agentes bajo su mando, que lo trasladan a la
Dirección General de Seguridad.
Desde este día Castillo se
convirtió en objetivo de las milicias derechistas, las amenazas
menudean y sufre dos intentos de asesinato fallidos y las milicias de
las Juventudes Socialistas lo escoltan sin que él lo sepa.
El 12 de julio, es advertido por una
militante socialista de que corren rumores de que esa noche se va a
atentar contra su vida, pero Castillo, tras dar un paseo con su
esposa, decide incorporarse a su puesto como cada día.
No obstante, a las diez de la noche, en
la calle de Augusto Figueroa con Fuencarral, cuatro pistoleros de
extrema derecha, le disparan sin darle tiempo a sacar su arma
reglamentaria. Auxiliado por el periodista Juan de Dios Fernández
Cruz, que casualmente pasaba por el lugar, es trasladado a una casa
de socorro cercana donde ingresa cadáver.
El teniente Castillo, posiblemente,
habría sido uno más de los militares de la Unión Militar
Republicana Antifascista, asesinados por pistoleros de la derecha y
su nombre no habría entrado en la Historia de no ser por los
acontecimientos que siguieron a
su muerte.
Su asesinato motivará, en venganza, el
secuestro y asesinato por algunos de sus compañeros, de uno de los
políticos más señalados de la época, José Calvo Sotelo, líder
de la conservadora Renovación Española, que fue el detonante para
el inicio de la Guerra Civil Española.
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