Tal día como hoy 24 de julio de 1911
el estadounidense Hiram Bingham encuentra en el Perú, la insólita
ciudad de Machu Picchu.
El arqueólogo norteamericano Hiram
Bingham haría de este día un momento histórico tras descubrir la
bella ciudad inca de Machu Picchu, en una abrupta y remota parte de
los Andes peruanos.
Fue uno de los hallazgos arqueológicos
más importantes de la historia de América y del mundo entero.
Bingham ya había hecho dos expediciones a Sudamérica, y publicó un
libro sobre cada una, cuando regresó a Perú en 1911.
Localizó la última capital inca,
Vitcos, y realizó el primer ascenso del monte Coropuma. Después de
esa experiencia, se sintió aún más impulsado por la idea de
encontrar Vilcabamba, la fortaleza final y sede del poder inca
después de que los incas se vieron obligados a huir de los
conquistadores españoles. Luego vino el hallazgo que lo haría
famoso: Machu Picchu.
En el verano de 1911, el profesor y
explorador de la Universidad de Yale, Hiram Bingham, dirigió una
expedición a través de la Cordillera de los Andes en busca de las
ciudades perdidas de Vitcos y Vilcabamba, las dos últimas capitales
del Imperio Inca. Un buen día, se le acercó un agricultor local,
Melchor Arteaga y le contó que había encontrado unas antiguas
ruinas en un lugar llamado "Machu Picchu", que significa
"viejo pico" en quechua.
Arteaga acordó llevar a Bingham y sus
compañeros a Machu Picchu al día siguiente. Levantándose temprano,
comenzaron el ascenso. Era la mañana del 24 de julio de 1911. Caía
llovizna del cielo nublado en una caminata peligrosa que incluía
subidas empinadas y un puente inestable.
Así, viajando a pie y en mula, Bingham
y su equipo se dirigieron desde Cuzco al Valle de Urubamba y, después
de una dura escalada a la cresta de la montaña con un clima frío y
lluvioso, Bingham se encontró con un pequeño grupo de campesinos
que le mostraron el resto del camino. Dirigido por un niño de 11
años, Bingham vio por primera vez la intrincada red de terrazas de
piedra que marca la entrada a Machu Picchu.
El lugar se extendía en unos
impresionantes 8 kilómetros, con más de 3.000 escalones de piedra
uniendo sus diferentes niveles.
En la Ciudad Perdida de los Incas,
Bingham describió lo que el niño les mostró: "Nos enfrentamos
a una vista inesperada, un gran vuelo de terrazas de piedra
bellamente construidas, quizás cien de ellas, cada una de cientos de
metros de largo y más de 10 metros de alto". Pero para Bingham,
"no había nada de qué entusiasmarse". Había visto
terrazas similares en Ollantaytambo y Pisac.
Bingham creía que podría haber
descubierto la mítica ciudad de Tampu-tocco, la cuna del Imperio
Inca desde donde tres hermanos salieron por tres ventanas para
conquistar y fundar el Imperio Inca.
Regresó a América con noticias de la
ciudad perdida y recibió fondos de la National Geographic Society
para dirigir las excavaciones de Machu Picchu en 1912 y 1915. En
1913, la revista National Geographic dedicó un número completo al
descubrimiento y la excavación.
Ese mismo año, The New York Times
declaró que el descubrimiento de Machu Picchu era "el mayor
descubrimiento arqueológico de la época".
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