Tal día como hoy 19 de junio de 1767, el inglés Samuel Wallis, al mando de la segunda expedición de su país, para circunnavegar el planeta, tras la de George Anson, desembarca en la isla de Tahití, en el Pacífico, a la que llama “King George the Third Island”. La isla ya había sido descubierta y en 1606 por el español Pedro Fernández de Quirós.
Las Islas de Tahití tiene una historia rica y fascinante. Alrededor del 4000 a.C., una gran migración comenzó en el sureste de Asia, en la que los primeros colonos viajaron a través del vasto océano para explorar las islas del Pacífico. Tonga y Samoa fueron colonizadas a consecuencia de esta migración hacia el 1300 a.C.. Posteriormente, hacia el año 200 a.C. los tahitianos iniciaron viajes para colonizar las islas Marquesas.
Durante los siglos siguientes, las islas de Tahití fueron colonizadas y, finalmente, el resto del Pacífico Sur. Esta zona, conocida como el Triángulo Polinésico, se extiende de Hawái al norte, a la Isla de Pascua al sureste, y Nueva Zelanda al suroeste. Como resultado de estas migraciones, los tahitianos, hawaianos y maoríes de Nueva Zelanda tienen un origen común y hablan un idioma similar conocido como ma’ohi.
La era de la exploración por los europeos comenzó en el siglo XVI cuando comenzaron a llegar los primeros navíos. En 1521, Magallanes divisó el atolón de Pukapuka, en las actuales islas Tuamotu, y en 1595, el explorador español Mendaña visitó la isla de Fatu Hiva en las Marquesas y en 1606 el español Pedro Fernández de Quirós, descubrió la isla de Tahití.
Más de 150 años más tarde, Samuel Wallis, capitán de la fragata inglesa HMS Dolphin, fue el primero en visitar Tahití durante su viaje para descubrir la Terra Australis Incognita, una mítica porción de tierra al sur del Ecuador que se pensaba servía para equilibrar el hemisferio norte. Wallis bautizó Tahití como la “Isla del rey Jorge III” y la reivindicó en nombre de Inglaterra. Poco después, desconociendo la llegada de Wallis, el navegante francés Louis-Antoine de Bougainville atracó en el lado opuesto de Tahití y reivindicó la isla en nombre del rey de Francia.
La fascinación de los europeos por las islas aumentó al conocerse el motín de la tripulación del capitán William Bligh a bordo del HMS Bounty y las historias sobre la belleza y elegancia del pueblo tahitiano. La fascinación con Tahití y el Pacífico Sur siguió incrementándose con las ilustraciones de la flora y de la fauna locales y el primer mapa de las islas del Pacífico que el capitán James Cook trajo consigo.
En el siglo XIX, la llegada de balleneros, misioneros británicos y de expediciones militares francesas cambiaron para siempre el estilo de vida de Tahití y provocaron asimismo una rivalidad entre franceses y británicos para controlar las islas.
La dinastía de los Pomare dirigió Tahití hasta 1880, cuando el rey Pomare V fue convencido de ceder Tahití y la mayoría de sus posesiones a Francia. En 1958, la totalidad de Las Islas de Tahití se convirtió en un territorio francés de ultramar bautizado como Polinesia Francesa.
En 2004, la Polinesia Francesa pasó a ser parte integrante de la República Francesa con poderes de autogobierno y la misión de orientar las políticas comerciales y las inversiones al servicio de los polinesios.
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