Tal día como hoy 10 de junio de 1940, Italia, bajo el régimen dictatorial de Benito Mussolini, declaró la guerra a Francia y Gran Bretaña, entrando en la Segunda Guerra Mundial.
Aunque el poder de Mussolini, así como su vida, llegó a su fin a mitad de la Segunda Guerra Mundial, el italiano desempeñó un papel importante en el conflicto a través de su alianza con Adolf Hitler.
Hitler ideó partes de su propia dictadura siguiendo el modelo de Mussolini, y los dos líderes formaron lo que llamaron un "Eje" para oponerse a las fuerzas aliadas (Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética).
Tras su alianza con Alemania en el Pacto de Acero -22 de mayo de 1939-, Mussolini había intentado evitar la invasión de Polonia. No ignoraba que Italia estaba insuficientemente preparada para actuar en un escenario de guerra mundial.
Sin embargo, no ocultaba sus aspiraciones de erradicar la presencia de la flota británica del Mediterráneo y la de anexionarse territorios como Malta o Córcega. También había puesto sus ilusiones en la ampliación de su imperio colonial, mediante la conquista de Túnez y la parte francesa de Somalia. Añadía a esos anhelos el poder jugar un papel de liderazgo en el área de los Balcanes.
El 10 de junio de 1940, Mussolini, juzgando que Francia se hallaba casi totalmente derrotada, y que Reino Unido atravesaba serias dificultades, les declaró la guerra. Malta, posesión británica en el Mediterráneo, fue bombardeada; Francia atacada por la frontera de los Alpes.
En agosto de ese mismo año extendió el escenario bélico a África, penetrando en Egipto y otras colonias británicas. Tras unos breves éxitos, las tropas italianas fueron estrepitosamente derrotadas. Al año siguiente los británicos se apoderaron de parte del imperio colonial italiano en África. Era evidente que el Ejército italiano no estaba a la altura de las circunstancias.
Tras la firma del Pacto Tripartito -Septiembre de 1940- entre Alemania, Italia y Japón, Mussolini decidió invadir Grecia. La campaña constituyó un fiasco y obligó a Hítler a acudir en su ayuda.
En junio de 1941, Mussolini envió un ejército de 62.000 soldados - más tarde reforzados - a Rusia, en apoyo de sus aliados alemanes. Mal equipado y con serios problemas de logística, sería derrotado en Stalingrado. Muchos de esos hombres perecieron en combate o fueron internados en campos de concentración.
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