El origen exacto del huracán es desconocido, aunque los historiadores modernos estimen que se desarrolló cerca de las Islas de Cabo Verde, a principios de octubre.
El sistema se reforzó y creció de una manera lenta hacia el oeste y el 10 de octubre comenzó a afectar Barbados.
Permaneció cerca de Barbados durante dos días, produciendo vientos violentos que se describieron como "tan ensordecedores que la gente no podía oír sus propias voces."
Tales vientos quitaron la corteza de árboles antes de que derribara todos los de la isla. Este fenómeno, no se ha observado en ninguno de los mayores ciclones tropicales de nuestros días y según los meteorólogos, para haber sido hecho solo por la lluvia y el viento requeriría que este tuviese la velocidad de unos 350 km/h.
Estos vientos destruyeron también todas las casas de Barbado, en donde murieron unas 4.500 personas y una flota de 40 barcos franceses implicados en la guerra de la independencia americana zozobró resultando hundidos por el fuerte olaje y pereciendo ahogados aproximadamente 4.000 soldados.
También produjo enormes daños en Martinica, donde causó 9.000 muertos, así como en Dominica, Guadalupe, Antigua, y San Cristóbal, aunque la mayor destrucción se registró al sur de Puerto Rico y al Este de Santo Domingo.
A lo largo de su recorrido el huracán mató unas 27.000 personas lo que le convierte en la tormenta más mortal – hasta el momento - en la historia de los huracanes Atlánticos.
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