viernes, 21 de octubre de 2016

La derrota española en la batalla naval de las Dunas

 
Tal día como hoy 21 de octubre de 1639, se libra la Batalla de la Dunas entre una flota holandesa y una española, enviada por el Conde Duque de Olivares

La batalla naval de las Dunas tuvo lugar entre las armadas española y holandesa en la rada de las Dunas, cerca de la costa de Inglaterra, durante la Guerra de los Ochenta Años.

En 1639 al mando de Antonio de Oquendo, salió de Cadiz hacia Flandes una flota y a finales de agosto llegó a La Coruña uniéndose a la escuadra de Dunquerque, para llevar tropas y dinero a Flandes.

Según versiones extranjeras llevaba 27.000 hombres, que las españolas reducen a 6.000, aunque lo cierto debió ser unos 14.000, y tanto la escuadra como los hombres, para el Conde Duque de Olivares, estaban en estado excelente de preparación y adiestramiento, pero para el almirante, estaban faltos de todo, con gente forzada, insuficientes artilleros y poca experiencia.

En el Canal de la Mancha se encontraba a la espera el almirante holandés Martín Harpertz Tromp, con pocas naves y el 16 de septiembre Oquendo intentó abordar a la capitana holandesa, no consiguiéndolo y quedando su nave maltrecha y con 43 muertos y otros tantos heridos.

El 18 se unen a Tromp 16 naves más, pero en tres días los contendientes agotan todas sus municiones y el holandés entra en Calais, repara sus buques, desembarca a los heridos y en 20 horas, está de nuevo en la mar listo para luchar.

Oquendo podría haber hecho lo mismo en el puerto amigo de Mardique, al oeste de Dunquerque pero dudó, pues pensaba que no podían entrar sus galeones grandes, y decidió refugiarse en las Dunas, para intentar aprovisionarse y reparar sus barcos.

Los ingleses facilitaron el fondeadero y Oquendo intentó conseguir pertrechos, informando al embajador de España en Londres y al gobernador de los Países Bajos, consiguiendo el envío de marineros y soldados desde Dunquerque, que aprovechando una espesa niebla, llegó con 56 embarcaciones costeras sin novedad a Flandes, pese a estar Tromp bloqueando la salida de la rada.

El 20 de octubre, tras un mes fondeado en Las Dunas, llega el primer suministro de pólvora español, que reparte entre los galeones, al tener noticia de esto Tromp decide atacar antes de que los españoles se hayan rearmado y lanza sus brulotes en llamas sobre la escuadra fondeada, pero los españoles se hacen a la mar, aunque entre la confusión y la niebla, solo consiguen salir de la rada 21 buques enfrentados a  a más de 100 holandeses. 

La batalla se entabla con los galeones españoles peleando aislados contra fuerzas cinco veces superiores y al anochecer, aprovechando la oscuridad, algunos consiguen desembarazarse de sus atacantes y se dirigen a Mardique, llegando solo algunas  naves.

Las pérdidas españolas fueron estimadas en 43 buques y 6.000 hombres, y las holandesas en 10 buques y unos 1.000 hombres y, aunque hubo quien desde España, vio la acción de Oquendo como una gran hazaña, al haber conseguido llevar refuerzos al ejército de Flandes, en realidad su estrategia fue un inmenso error, pues si en lugar de encerrarse en la rada de los Downs, se hubiese dirigido a los puertos de Flandes, no hubiese perdido casi toda la flota.

La derrota de las Dunas hizo que, a partir de entonces, los refuerzos para Flandes, fuese enviados atravesando Europa solo a través del llamado “Camino español”, que comenzaba en Italia.

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