Tal día como hoy 12 de octubre de 1505, en el Tratado de Blois se acuerda el matrimonio de Fernando el Católico con Germana de Foix.
Tras la firma del tratado de Blois y el nacimiento del hijo habido entre Germana y Fernando, la unidad de España estuvo a punto de romperse para siempre y posiblemente de forma definitiva.
En 1502 las Cortes de Aragón reconocieron herederos a Juana de Castilla “La Loca” y a su marido Felipe de Austria “El Hermoso”, con la condición de que, si al enviudar el rey Fernando “el Católico” volvía luego a casarse y tenía un hijo, éste sería el heredero de Aragón
Fernando otorgó entonces poderes a Luis XII de Francia, y se firmó el segundo Tratado de Blois en 1505, motivado por las ambiciones de Felipe “el Hermoso” respecto a Castilla y su tendencia en política exterior a aproximarse a Francia, y contraria a los intereses del rey católico.
El tratado, se considera históricamente una hábil maniobra política de Fernando, al buscar la alianza del rey francés para desbaratar la jugada de su yerno, ya que su matrimonio con Germana de Foix - sobrina de Luis XII - aseguraba el acercamiento de Aragón a Francia.
Mediante el tratado, Luis XII transfería a su sobrina los derechos que decía tener sobre Nápoles, los cuales pasarían a los hijos del matrimonio, si los había, y, si no, revertirían nuevamente al rey francés, mientras por otra parte se comprometía a ayudar Fernando contra el emperador Maximiliano y su hijo, Felipe “el Hermoso”.
Por su parte, Fernando, se comprometió a entregar a Francia medio millón de ducados, pagaderos en diez años, así como a liberar a los prisioneros franceses, hechos por el Gran Capitán en Italia.
El 19 de octubre de 1505, se celebró el matrimonio por poderes, mientras la ceremonia real se efectuó en marzo del año siguiente en Dueñas – Palencia - y su consumación en Valladolid.
Para dejar claro que se trataba de un matrimonio político, Fernando hizo llamar a un notario para que levantase acta, ante tres testigos aragoneses, en la que se manifestaba que la boda se había realizado por razones políticas, sin que pensase renunciar a sus derechos sobre Nápoles, de tal modo que cuando él falleciera, ese reino no pasaría a manos de Germana, sino al príncipe que ostentara la corona de Aragón.
El 3 de mayo de 1509 nació Juan de Aragón, hijo y heredero de este matrimonio, que murió a las pocas horas, y que de haber sobrevivido, posiblemente, Castilla y Aragón se hubieran separado definitivamente.
La última jugada maestra de Fernando para evitar cumplir el tratado respecto a Nápoles, fue obtener del papa Julio II, la anulación de los pactos matrimoniales, por los que, de no tener descendencia de Germana, debía restituir a Francia la mitad del reino napolitano, el cual pasó así a los sucesores de la Corona de Aragón por línea directa.
Fernando conseguía con ello consolidar su dominio sobre Nápoles y, tras su alianza con los Estados Pontificios en 1510, consiguió tanbién que Julio II excomulgase al rey francés, rompiéndose así el contenido del tratado de manera definitiva.
En política internacional, Fernando “el Católico” era un auténtico genio.
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