Sancho II, llamado “el Fuerte”, fue el primer rey de Castilla, de Galicia y León, consiguiendo reunificar la herencia de su padre Fernando I, pero al poco tiempo de lograrlo murió durante el asedio a la ciudad de Zamora, heredando los tres reinos su hermano Alfonso.
Como hijo primogénito de Fernando I, le habría correspondido heredar la totalidad de los reinos de sus padres, pero su padre, siguiendo la ley navarra, decidió repartir su patrimonio entre sus hijos, de manera que a Sancho le correspondió el Condado de Castilla, elevado a reino, y las parias del reino taifa de Zaragoza.
A su hermano Alfonso, su favorito, le otorgó el Reino de León, el titulo de “emperador” y los derechos de la taifa de Toledo; a Garcia, Galicia y los derechos de la taifas de Sevilla y de Badajoz; a Urraca la ciudad de Zamora, con título real y rentas de algunos territorios y a Elvira, la ciudad de Toro, también con título real y rentas adecuadas.
El reparto de la herencia nunca satisfizo a Sancho, que se consideraba como el único heredero legítimo, por lo que se inicio acciones para intentar hacerse con los reinos que habían correspondido a sus hermanos, iniciándose así siete años de guerras entre los tres hermanos varones.
Con la complicidad de Alfonso, Sancho invadió Galicia y, tras derrotar a su hermano García, lo apresó y encarceló en Burgos hasta que se exilió a la taifa de Sevilla, titulándose ambos - Alfonso y Sancho - en 1071 reyes de Galicia y firmando una tregua que se mantendría durante tres años.
Pero esta tregua fue efímera y se rompió cuando Sancho, que no renunciaba a León, pues llevaba aparejado el título imperial, marchó contra su hermano con un ejército al mando del Cid – su alférez - que derrotó a los leoneses en la batalla de Golpejera, que tuvo lugar en la localidad de Villarmentero de Campos - Palencia - en 1072, entrando Sancho en León y siendo coronado como rey, con lo que volvió a unificar bajo se cetro el reino que su padre había dividido.
Tras encarcelar a Alfonso, tras la intercesión de su hermana Urraca, se le permitió instalarse en el Monasterio de Sahagún, de donde huyó al temer por su vida, refugiándose en la corte de su vasallo el rey moro de Toledo, siendo seguido por algún miembro de la nobleza a su exilio.
Según la Crónica najerense, al saber la participación de su hermana Urraca, en la huida de Alfonso hacia Toledo, Sancho, lleno de ira, puso sitio a Zamora, gobernada por Urraca, centro de la oposición a su reinado.
Durante el cerco, un noble zamorano, Vellido Dolfos, se presentó ante el rey haciéndose pasar por desertor y con la excusa de mostrarle los puntos débiles de las murallas, lo separó de su guardia y consiguió acabar con su vida, según parece, mientras Sancho realizaba una necesidad fisiológica.
Bellido Dolfos, al que siempre se tildó de “traidor”, ha sido reivindicado como héroe por los zamoranos, ya que según mantienen, no pudo existir traición en su acción al no tratarse de ningún vasallo del rey Sancho, sino de su hermana, por lo que actualmente el asesinato del rey, es glosado casi como si se tratase de “una moderna operación de comandos”, para acabar con el enemigo..
En el sepulcro de Sancho en el Monasterio de San Salvador de Oña - Burgos – se lee: “aqui yaze el rey dõ ſãcho que matarõ ſobre zamora” (aquí yace el rey don Sancho que mataron sobre Zamora).
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