Tal día como hoy 22 de noviembre de 2011 falleció una de las científicas más brillantes del siglo XX. la bióloga estadounidense,Lynn Margulis reconocida como la madre de la teoría de la endosimbiosis.
Margulis se dedicó a cuestionar las teorías neodarwinistas imperantes en la época y dio un giro a la comprensión de la evolución de las especies. la bióloga estadounidense defendió la Teoría de la endosimbiosis serial para explicar el origen de la célula eucariota.
Una de las principales limitaciones de la Teoría de la evolución de Darwin es la selección natural, que no encuentra formas intermedias en el registro fósil ni en los organismos actuales. Una de las transiciones bruscas más evidente se observa en la diferenciación entre células procariotas y eucariotas. Unas tienen núcleo y otras no, y no hay medias tintas: o se es célula eucariota o procariota.
Margulis rescató la teoría de la simbiogénesis de Merezhkovsky y le añadió nuevas evidencias. Según esta teoría, las células eucariotas se habrían originado a partir de diferentes células procariotas mediante una relación simbiótica que llegó a ser estable: una bacteria habría engullido a otra.
En la década de 1960, esta joven bióloga estadounidense tuvo una idea revolucionaria sobre la evolución de la vida y el origen de las células modernas. Las células de plantas y animales disponen de unos minúsculos órganos internos, u orgánulos, especializados en obtener energía usando la luz del sol y el oxígeno. Son los cloroplastos y mitocondrias, respectivamente. Por su tamaño, por sus funciones y por la particularidad de llevar su propio y pequeño genoma, estos orgánulos recuerdan a ciertas bacterias.
El gran problema del origen de la vida en la Tierra es que no había nadie allí para observarlo, por lo que el nacimiento de los primeros organismos terrestres continuará siendo eternamente la materia oscura de la biología, una incógnita abierta a hipótesis de imposible demostración. Entre ellas, la teoría de la endosimbiosis o simbiogénesis es una de las respuestas más plausibles y brillantes para explicar la aparición de las células eucariotas, constituyentes de todo organismo vivo que no sea una bacteria o una arqueobacteria.
La entonces joven científica autora de la teoría fue Lynn Margulis, uno de los personajes más influyentes de la biología del siglo XX. Y ello a pesar de que sus propuestas, le granjearon fama de heterodoxa, cuando no de rebelde. Intelectualmente precoz, su vida personal tampoco se quedó atrás: a los 42 años ya se había divorciado dos veces, la primera del astrónomo Carl Sagan y la segunda del químico Thomas Margulis.
Margulis admiraba el trabajo de Charles Darwin, pero opinaba que sus sucesores neodarwinistas no habían logrado explicar las incógnitas que dejó planteadas el naturalista inglés; entre ellas y sobre todo, la fuente de las variaciones que impulsa la evolución. Según Margulis, las mutaciones genéticas aleatorias no bastaban para explicar la capacidad de la evolución biológica de inventar rasgos nuevos en los seres vivos.
La joven bióloga fue más allá y recogió las ideas de pioneros como el estadounidense Ivan Wallin y el ruso Konstantin Mereschkowski, que habían postulado la simbiosis entre organismos simples como fuerza creadora de seres más complejos. El estudio de Margulis fue rechazado por 15 revistas científicas, y finalmente se publicó en marzo de 1967 sin ninguna repercusión inicial.
Pero Margulis no desistió. En 1970 desarrollaba su teoría en el libro Origin of Eukaryotic Cells. A través de los años, la simbiogénesis ha ido ganando apoyo experimental: en los años 70 se descubrió que los genes de las mitocondrias y los cloroplastos se parecían más a los de ciertas bacterias que a los de las células eucarióticas a las que pertenecen. Y recientemente, un nuevo estudio ha venido a prestar nueva y extensa credibilidad a la teoría de la endosimbiosis.
Lynn Margulis falleció el 22 de noviembre de 2011 a los 73 años de edad. Sin duda, con ella se perdió a una de las figuras más interesantes de la biología evolutiva. Sus ideas, más o menos controvertidas, han contribuido en gran medida a fomentar el pensamiento crítico en la investigación científica. Nunca perdió su entusiasmo por la Ciencia y por el debate enriquecedor.
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