Tal día como hoy 26 de noviembre de 1504 muere Isabel I "la Católica", reina de Castilla.
La reina Isabel I de Castilla, fue una monarca española muy influyente que ayudó a unir las diferentes regiones de España y hacer del país una potencia líder en Europa y América. La reina Isabel era una católica estricta y, entre los contemporáneos, destacaba por su "virtud y temor a Dios".
Hija de Isabel de Portugal y Juan II de Castilla, Isabel nació en 1451. A pesar de que su destino no era ocupar el trono –tenía un hermano mayor por parte de padre, Enrique, que heredaría el trono castellano–, pero tras su matrimonio con Fernando de Aragón se proclamó reina de Castilla.
Desde pequeña vivió rodeada por un excelente grupo de damas de compañía y tutores, designados directamente por su padre antes de morir, entre los que se encontraban algunas de las figuras que con el tiempo estarían llamadas a desempeñar una importante función en su vida y su reinado, como Lope de Barrientos, Gonzalo de Illescas, Juan de Padilla, Gutierre de Cárdenas y fray Martín de Córdoba.
De ellos recibió una formación humanística basada en la gramática, la retórica, la pintura, la filosofía y la historia. Nadie supo a ciencia cierta los motivos por los que su hermanastro, que nunca se había preocupado demasiado por ella, decidió llamarla junto a él en 1462, poco antes del nacimiento de su hija Juana, con quien estuvo enfrentada.
Cuando esto ocurrió, la princesa
Isabel fue enviada junto a su madre, Isabel de Portugal, a Arévalo,
lejos de la corte y cerca de Medina del Campo, a cuyo castillo de la
Mota se sentiría siempre estrechamente vinculada. Pese a esta
aparente marginación, Isabel recibió una esmerada educación de
acuerdo con lo que se esperaba que aprendiera una princesa del
momento.
No estaba destinada a ocupar el trono, pero su determinación le permitió conquistarlo. Ya dueña de la corona, ejerció por sí misma el poder y llevó al reino de Castilla a la cúspide de su prestigio. Cuando nació su hija, Isabel, el rey Juan II de Castilla ya tenía un hijo varón de veinte años, Enrique (apodado más tarde el Impotente), nacido de su primer matrimonio con María de Aragón, y sería él quien, tras años más tarde, en 1454, le sucedería en el trono.
Madrigal de las Altas Torres, localidad de Ávila donde nació Isabel en 1451. En la iglesia de de San Nicolás de Bari se casaron los padres de Isabel y aquí mismo fue bautizada. Más tarde, fue enviada a Arévalo junto a su madre, lejos de la corte y cerca de Medina del Campo. Isabel recibió una esmerada educación de acuerdo con lo que se esperaba que aprendiera una princesa del momento.
Promovía la justicia y, con su marido, el rey Fernando, creó la Inquisición española para investigar las prácticas religiosas heréticas, una etapa muy oscura de la historia de España. Después de 50 días de oraciones y procesiones, la reina Isabel de Castilla sabía que todo había terminado y se preparó resueltamente para la muerte.
El 12 de octubre de 1504 firmó su testamento, un documento bastante largo en el que declaraba que su mente era "sana y libre", aunque su cuerpo tenía "una enfermedad que Dios quería darme". Le rogó a la Virgen María, San Miguel y a todos los santos que intercediesen por ella en el juicio, para que a través de la misericordia divina su alma pueda "ser colocada en la gloria para la cual fue creada".
La reina Isabel I de Castilla falleció de una hidropesía (retención de líquido en los tejidos) a consecuencia posiblemente de un cáncer de útero no sin antes pasar por al menos dos años sufriendo episodios de fiebre prolongada.
El poder y las responsabilidades excesivas desgastaron su cuerpo, puesto que el día de su muerte, con tan solo 53 años, la Reina aparentaba mucha más edad de la que en realidad tenía. Isabel I la Católica, reina de Castilla
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