Tal día como hoy 10 de noviembre de
1483 nació Martin Lutero en Eisleben -Turingia - teólogo que
encabezó la crítica contra la Iglesia Católica que acabaría
provocando la Reforma Protestante,.
De origen humilde, su padre trabajó en las minas de cobre de Mansfeld y consiguió reunir una pequeña fortuna por lo que Martin Lutero tuvo la oportunidad de cursar los estudios de Derecho. Según se cuenta, decidió hacerse monje en 1505 tras pedirle a Santa Ana que lo protegiera durante una tormenta eléctrica.
Nombrado agustino en Erfurt, sus estudios teológicos y sus viajes le llevaron a escandalizarse por la situación en la que se encontraba la Iglesia Católica. Desde la Baja Edad Media se vivía una profunda decadencia de la institución eclesiástica que, embriagada de poder y riquezas, había abandonado muchos de los principios que defendía y se preocupaba más por los asuntos del plano terrenal que por los del espiritual.
Durante un viaje a Roma, Lutero pudo comprobar la opulencia en la que vivían las altas jerarquías eclesiásticas y la normalización de los indultos y la remisión de penas como un acto mercantil chocaba de lleno con su comprensión de la religión. Lutero defendía que la salvación llegaba únicamente a través de la fe y proponía la lectura directa de las Sagradas Escrituras, cosa que la Iglesia prohibía.
Sumándose a las voces que ya habían denunciado este tipo de abusos, Lutero clavó en la puerta de la iglesia de Wittenberg sus archiconocidas 95 tesis bajo el título de Cuestionamiento al poder y eficacia de las indulgencias.
Al rechazar la autoridad centralizadora de Roma, Lutero proclamó la independencia de las Iglesias nacionales, cuya cabeza debía ser el príncipe legítimo de cada Estado; la posibilidad de hacerse con el dominio de las Iglesias locales, atrajo a muchos príncipes alemanes y facilitó la extensión de la Reforma.
Tanto más cuanto que Lutero insistió en la obediencia al poder civil, contribuyendo a reforzar el absolutismo monárquico y desautorizando movimientos populares inspirados en su doctrina, como el que desencadenó la “guerra de los campesino” en 1524..
La extensión del luteranismo dio lugar a las “guerras de religión” que enfrentaron a católicos y protestantes en Europa a lo largo de los siglos XVI y XVII, si bien las diferencias religiosas, fueron poco más que el pretexto para canalizar luchas de poder, en las que se mezclaban intereses políticos, económicos y estratégicos.
El protestantismo, acabó por consolidarse como una religión cristiana separada del catolicismo romano; pero, a su vez, también se dividió en múltiples corrientes, al aparecer disidentes radicales en la propia Alemania y al extenderse el protestantismo a otros países europeos, en donde aparecieron reformadores locales que crearon sus propias Iglesias, con doctrinas teológicas diferenciadas - como en la Inglaterra de Enrique VIII o la Suiza de Ulrico Zuinglio y Juan Calvino-.
Excomulgado y perseguido, Lutero encontraría apoyos en numerosos príncipes y nobles centroeuropeos que quisieron aprovechar la ocasión para ganar autonomía respecto al Papa y al emperador Carlos V y promovieron la Reforma protestante, que acabaría derivando en numerosas guerras por el poder.
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