jueves, 11 de agosto de 2022

Leónidas, en el desfiladero de las Termópilas

Tal día como hoy 11 de agosto del año 480 a.C.,el rey persa Jerjes, tras haber invadido Egipto, se propone conquistar Grecia. Las polis de Atenas y Esparta se oponen. El rey espartano Leónidas I, al mando de unos 1000 hoplitas -300 espartanos y 700 tespios- les hace frente en el desfiladero de las Termópilas, un estrecho paso entre el monte Otea y el mar por donde apenas se puede cruzar en fila de a tres.

Frente a ellos, el ejército persa conforma una temible fuerza de entre 250.000 y un millón de efectivos. En el día de hoy, un espartano traidor llamado Efialtes, indica a los persas la forma de rodear las montaña sin tener que pasar por el desfiladero. Los espartanos se ven sorprendidos por dos frentes a la vez, lo que concluye con el fin de la resistencia y la muerte de todos los defensores griegos.

Según las crónicas de la época, Jerjes llego a ofrecer a los hombres de Leónidas la opción de retirarse, pero éstos prefirieron la muerte. Unos 20.000 persas pierden también la vida. Al año siguiente, los griegos lograrán la victoria decisiva en la batalla de Platea, poniendo fin a la invasión persa.

El nombre de Termópilas alude a un manantial de aguas termales que se encuentra en el lugar, ya que literalmente Termópilas quiere decir "puertas calientes". La batalla de las Termópilas tuvo lugar en 480 a. C. en el marco de la segunda guerra médica entre griegos y persas y nos ha sido narrada por el historiador griego Heródoto en el año 425 a. C..

El contexto histórico hay que enmarcarlo en el siglo V a. C. cuando muerto el rey persa Dario I seis años después de la batalla de Maratón, le sucedió su hijo Jerjes I que continuó la política expansionista de su antecesor. En ella encontró nuevamente a su enemigo natural, las polis y ciudades griegas.

Ante el peligro persa, las ciudades griegas se reunieron en Corinto y eligieron al rey de Esparta, Leónidas para enfrentarse a las tropas persas, en el paso de las Termópilas. El lugar de las Termópilas era un desfiladero estrecho que daba acceso a la Hélade desde el Norte. Hacia este lugar se aproximaba un potente ejercito persa al mando de su rey Jerjes. Por otra parte, la flota persa navegaba por la costa dando apoyo a la fuerza terrestre.

Las tropas griegas que se situaron en el paso la componían siete mil hombres de diferentes polis o ciudades, al mando de las cuales se encontraba Leónidas rey de Esparta, mientras que las tropas persas pasaban de 250.000 soldados, entre los cuales se encontraban los conocidos como "inmortales", una unidad de infantería persa compuesta de 10.000 hombres escogidos.

El ejercito persa, llegó al desfiladero de las Termópilas defendido por las tropas helenas. El rey persa Jerjes, envió un emisario para hacer llegar a Leónidas la oferta de rendición: les perdonaría la vida si entregaban las armas, a lo que el rey de Esparta contestó: "Venid a cogerlas". También se cuenta que ante esta respuesta, el emisario persa les dijo que si no se rendian las flechas persas ocultarían el sol matándolos a todos, a lo que un espartano llamado Dienekes dijo: "mejor, así pelearemos a la sombra".

En el enfrentamiento y dada la estrechez del desfiladero las tropas griegas llevaban las de ganar, pero en esto surgió un traidor llamado Efialtes que informó a Jerjes de la existencia de un sendero por el que podrían atacar por la retaguardia a las tropas griegas que defendían el paso. Al darse cuenta los griegos de la traición, decidieron retirarse del lugar, todos menos el rey Leónidas y los trescientos espartanos que con él habían llegado.

En el paso murieron Leónidas y sus trescientos hombres, pero este gesto permitió a toda la Hélade, ganar el tiempo suficiente para preparar la flota y asi poco mas tarde, derrotar a la flota persa en la batalla naval de Salamina, en el año 480 a. C.. Al año siguiente en 479 a. C., las tropas persas fueron nuevamente derrotadas en la batalla de Platea, con esta batalla, se dio por terminada la segunda guerra médica y los persas tuvieron que regresar a sus fronteras.

En el lugar de la batalla, hoy día, se recuerda la hazaña con una escultura de Leónidas y una lapida que reza así: "Viajero, ve y dile a Esparta, que los que aquí reposan, cayeron en defensa de sus leyes".


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