jueves, 27 de octubre de 2016

Miguel Servet, un científico quemado por la inquisición protestante.

Tal día como hoy 27 de octubre de 1553, en Ginebra los protestantes queman vivo al teólogo, médico y humanista aragonés Miguel Servet.

Su nombre auténtico era Miguel Serveto y Conesa y participó en la Reforma Protestante, manifestándose abiertamente contrario a la Trinidad, siendo repudiado tanto por católicos como por protestantes, hasta ser arrestado en Ginebra y condenado a morir en la hoguera por el Consejo de la ciudad cuando en ella predominaba la influencia de Juan Calvino, con quien él mantuvo una relación epistolar sobre controversias religiosas.

En 1534 Servet llegó a Lyon con una nueva identidad -Michel de Villeneuve - supuestamente originario de Tudela, para evitar las persecuciones de que era objeto por parte de la Inquisición Española.

Estando en Lyon, decidió marchar a París a ampliar estudios de medicina, pero pronto se encontró en dificultades debido a la extensión y complejidad de su ciencia, que chocó con la ortodoxia de la comunidad universitaria, dejando por ello París y la Universidad y ejerciendo unos años como médico con notable éxito.

Por alguna razón Servet acabó haciendo una estancia en Ginebra en 1553, donde fue reconocido en la iglesia en la que predicaba el propio Calvino, siendo detenido y juzgado por herejía al negar la Trinidad y por su defensa del bautismo a la edad adulta. 

El 22 de septiembre, escribió una última alegación en la que culpaba a Calvino de hacer acusaciones falsas de herejía contra él y solicitaba que también fuese detenido e interrogado, aunque de nada sirvieron sus alegaciones.

La ejecución de Servet el 27 de octubre de 1553 escandalizó a muchos pensadores de toda Europa, principalmente entre los protestantes, que se oponían a que se matara a las personas por razones de fe o creencia. 

(Parte de la Sentencia dictada contra Miguel Servet por el Consejo de Ginebra.)

“Contra Miguel Servet del Reino de Aragón, en España: Porque su libro llama a la Trinidad demonio y monstruo de tres cabezas; porque contraría a las Escrituras decir que Jesús Cristo es un hijo de David; y por decir que el bautismo de los pequeños infantes es una obra de la brujería y por muchos otros puntos y artículos y execrables blasfemias con las que el libro está dirigido contra Dios y la sagrada doctrina evangélica, para seducir y defraudar a los pobres ignorantes. Por estas y otras razones te condenamos, a que te aten y lleven al lugar de Champel, que allá te sujeten a una estaca y te quemen vivo, junto a tu libro manuscrito e impreso, hasta que tu cuerpo quede reducido a cenizas, y así termines tus días para que quedes como ejemplo para otros que quieran cometer lo mismo.”

2 comentarios:

  1. Que ignorancia,cuantas atrocidades que se han echo por la religión,cualquiera que sea.Estoy más que contenta por no haber nacido en aquellas épocas de bárbaros místicos y salvajes.

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  2. y las que se siguen haciendo en todo el mundo

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