Tal día como hoy 14 de enero de 1503, se crea en Sevilla la “Casa de Contratación de Indias”, destinada a depósito de mercancías importadas y exportadas de América.
Su denominación oficial era “Casa y Audiencia de Indias” y dio como fruto el monopolio de comercio con el nuevo mundo.
En sus ordenanzas se especificaba casi todo: la forma de trabajo, los libros que había que llevarse; la emigración; las relaciones con mercaderes y navegantes; los bienes de los muertos en Indias... teniendo la figura del “Piloto Mayor” - creada en 1508 - encargado de examinar a los pilotos y trazar cartas de navegación.
Sus ingresos procedían del seguro marítimo, obligatorio para todo el que llevase más de un año negociando o cargase mercancías por valor superior a 1.000 ducados .
Como la piratería seguía siendo una amenaza para el comercio, se obligó a todos los que iban o venían de las Indias, a que se uniesen a la flota organizada por el rey y este sistema sustituyó al llamado “navío suelto”.
El procedimiento consistía en la llegada, dos veces al año, de barcos de transporte custodiados por galeones armados, que llevaban productos desde España para su distribución en el continente y traían el oro extraído en las minas americanas.
Entre 1521 y 1600 los metales preciosos traídos "legalmente" a España por las flotas de Indias, puede cifrarse en unas 17.000 toneladas de plata y 181 de oro, todo lo cual sería entregado a banqueros alemanes, como los Fugger o los Weslers, para financiar estúpidas e inútiles guerras imperiales o religiosas.
La Casa de Contratación se instaló en las Atarazanas Reales de Sevilla y luego en el Real Alcázar, en la zona denominada de los Almirantes, donde permaneció hasta que fue trasladada oficialmente a Cádiz en 1717 por Felipe V.
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