Tal día como hoy 9 de enero de 1822 el príncipe portugués Pedro decide quedarse en Brasil e inicia su proceso de independencia..
Pedro I de Brasil, “El Rey Soldado”, se convirtió en el primer emperador brasileño y ostentó también el trono portugués durante un breve período con el nombre de Pedro IV.
En 1807, el rey portugués Juan VI se trasladó a Brasil para escapar de Napoleón y su presencia elevó al país a un estatus igual al de Portugal, pero cuando la familia real portuguesa retornó a Lisboa, la mayoría de los privilegios que se habían concedido a Brasil fueron suprimidos, lo que provocó la ira de los nacionalistas.
El príncipe Pedro, que permanecía en Brasil como regente, se alió con estos nacionalistas y apoyó el movimiento constitucional y cuando, al negarse a volver, le fue retirado el titulo de regente, se proclamó emperador de Brasil, siendo coronado el 1 de diciembre de 1822.
Los primeros años de la independencia fueron complicados, pues Pedro dejó pronto a un lado sus ideales liberales asumiendo un poder fuerte, que consideraba necesario para mantener el control de la nación, lo cual hizo surgir un sentimiento republicano.
A la muerte de su padre, Pedro decidió sucederle como rey de Portugal y promulgó la constitución liberal portuguesa en 1826 pero poco más tarde abdicó en favor de su hija María, de sólo siete años.
A su vuelta a Brasil y tras una crisis política y económica que terminó con la dimisión de los ministros, Pedro abdicó también de la corona imperial brasileña en abril de 1831, en favor de su hijo Pedro II, regresando de nuevo a Portugal para luchar contra su hermano Miguel que había usurpado el trono.
Tras derrotar al usurpador y retornar el trono a su hija María, murió en 1834 a la edad de 35 años, a causa de una tuberculosis.
En 1972 sus restos fueron trasladados a Brasil, siendo enterrados en la cripta del “Monumento de Ipiranga”, como héroe nacional de aquel país.
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