Tal día como hoy 3 de enero 1945, fracasa la ofensiva alemana en Las Ardenas (Bélgica), a pesar de enviar los alemanes ocho divisiones de Waffen-SS contra los norteamericanos.
Se entabló entonces un feroz combate cuerpo a cuerpo que concluirá al día siguiente, cuando los blindados de Patton rebasen Bastogne en dirección al Rhin, obligando a la retirada del ejército alemán.
La batalla de las Ardenas, o del saliente, librada en condiciones penosísimas en el invierno de 1944-45, durante casi siete semanas, fue uno de los grandes enfrentamientos de la II Guerra Mundial y la última gran ofensiva del ejército alemán en el frente occidental.
El ataque, iniciado el 16 de diciembre, cogió a los Aliados, que después del desembarco en Normandía, daban la guerra casi por acabada, completamente desprevenidos.
Tras un inicio prometedor para los alemanes, las luchas de una brutalidad tremenda y una tenaz defensa de las tropas de EE UU, estos se vieron obligados a detener su avance sin conseguir el nuevo Dunkerque que ambicionaba su Führer.
El hecho de que los alemanes hubieran conseguido detener a los Aliados occidentales en la frontera de su país, la victoria de Arnhem, la promesa de las nuevas armas -reactores, cohetes, submarinos eléctricos, etcétera - habían elevado la moral de lucha alemana de manera que en muchos casos incluso excedía el nivel de lo acostumbrado en los primeros días de la guerra.
La ofensiva alemana de las Ardenas, fue un intento que tenía opciones reales de éxito, desde la perspectiva de Hitler, y era lo más inteligente que se podía hacer, mientras esperaba la siguiente ofensiva rusa en el Vístula.
Fue cuidadosamente planeada y preparada y fracasó sobre todo por dos factores que podían no haberse producido: primero, porque las líneas de suministros alemanas fueron cortadas por la aviación Aliada cuando el tiempo mejoró el octavo día de la ofensiva, y segundo, porque las tropas SS, menos competentes que el ejército regular, la Wehrmacht, recibieron en cambio la responsabilidad de conseguir los objetivos más importantes.
Pero esos dos factores, podrían haber variado si los alemanes hubiesen reposicionado su aviación de élite, desplegada en el frente del Este, en el Oeste, la aviación Aliada probablemente no habría sido capaz de cortar las líneas de suministros alemanas.
Las SS, en contra del tópico de que eran superiores, quedó demostrado que combatieron de manera bastante chapucera, como si fuesen aficionados, durante toda la batalla de las Ardenas.
Esa era la regla general –aunque con notables excepciones - para las tropas novatas de las SS, desde su primer despliegue en el campo de batalla durante toda la II Guerra Mundial”.
La contraofensiva de Patton, que en realidad fue un gran fracaso si se compara con sus objetivos, es un buen ejemplo en el que uno puede ver que, de haber disfrutado los alemanes de las mismas ventajas, probablemente habrían tenido mucho más éxito.
Después de esta batalla, todas las perspectivas de resistencia alemana se esfumaron para siempre
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