lunes, 23 de octubre de 2017

Marco Junio Bruto, entre asesino y patriota.

 
Tal día como hoy 23 de octubre del año 42 a. C. en el marco de la guerra civil romana, se libra la segunda batalla de Filipos, donde Marco Antonio y Octaviano derrotan definitivamente a Marco Junio Bruto, quien se suicida.

Marco Junio Bruto Cepión fue un político y militar romano que participó en la conspiración que condujo al asesinato de Julio César en los idus de marzo de 44 a. C. Bruto era amante de Julio César, aunque algunas fuentes hablan de que César fuera su verdadero padre, lo que en realidad es un rumor sin fundamento, ya que César tenía quince años cuando nació Bruto, y la relación con su madre empezó diez años después.

Su carrera política empezó cuando se convirtió en asistente de su tío Catón, cuando este último fue gobernador de Chipre y en esa época, Bruto se enriqueció prestando dinero a altos intereses.

Al  estallar la Guerra Civil en 49 a. C., entre Pompeyo y César, Bruto se alineó con su antiguo enemigo Pompeyo y después del desastre de la batalla de Farsalia, Bruto escribió a César pidiendo clemencia, y éste le perdonó, hasta el punto de que le hizo gobernador de la Galia y al año siguiente - 45 a. C.-, le designó para al cargo de pretor.

César estaba muy encariñado con él y respetaba mucho sus opiniones, pero Bruto, como muchos otros senadores, no estaba satisfecho con el estado de la República pues César había sido nombrado “dictador perpetuo” y había aprobado leyes que concentraban el poder en sus manos y se rumoreaba que solo le faltaba la corona para igualarse a un rey.

Los romanos habían sustituido la realeza por la República y los más tradicionales no deseaban un regreso a tal sistema, por lo que Bruto comenzó una conspiración contra César junto con otros senadores y en las idus de marzo -15 de marzo de 44 a. C.-, un grupo de senadores, incluyendo a Bruto, asesinaron a César, pero tras el asesinato, se demostró que Roma estaba contra los conspiradores, ya que la mayor parte de la población amaba a César.

Marco Antonio, lugarteniente de César, decidió aprovecharse de la situación y el 20 de marzo habló contra los asesinos durante los funerales de César y a partir de entonces Roma dejó de ver a los conspiradores como salvadores de la República y fueron acusados de traición.

Bruto y sus compañeros huyeron a Oriente, dedicándose a obtener fondos para financiar un ejército para la guerra que se aproximaba, mientras Octaviano, sobrino y heredero de César, y Marco Antonio marcharon con sus ejércitos contra Bruto y Casio.

Ambos ejércitos se encontraron en la doble batalla de Filipos (42 a. C.) y después del primer encuentro, Casio se suicidó. Tras el segundo encuentro Bruto, ya derrotado, huyó con los restos de su ejército y a punto de ser capturado, también se suicidó arrojándose sobre su espada.

Marco Antonio aun así honró a su enemigo caído, declarándolo el romano más noble, porque “creyó que actuaba por el bien de Roma”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario