Tal día como hoy 9 de febrero de 1942,
un incendió destruyó el transatlántico francés Normandie a
orillas del río Hudson, en Nueva York. El suceso tuvo lugar
mientras el barco era reconvertido en transporte de tropas,
adquiriendo un nuevo nombre: USS Lafayette.
El Normandie es para el aficionado a
los transatlánticos el máximo exponente en cuanto a diseño y lujo,
una obra de arte, aunque no la mejor de ingeniería ya que padecía
de vibraciones. Su vida discurrió más o menos paralelamente a la
del Queen Mary británico.
Construidos ambos poco después de la
gran depresión, sufrieron parones en su construcción. Incluso el
diseñador del paquebote francés ofreció sus servicios primero a la
Cunard Line, que los rechazó por ser su diseño demasiado futurista.
Y el Queen Mary fue el favorito de los pasajeros y el más rápido
hasta el United States, que era casi un barco de transporte de tropas
con piel de cordero. Pero en cuanto a elegancia de líneas no había
punto de comparación.
El Normandie sostuvo con el propio
Queen Mary una dura lucha por ser el más rápido del Atlántico,
arrebatandose varias veces, el uno al otro, el Gallardete Azul.
También en cuanto a tamaño; en la primera parada invernal se le
añadió al Normandie una ampliación en las cubiertas de popa para
superar en tonelaje a la nave británica.
Inagurados sus servicios en 1935, su
vida no fue muy larga. Cuando Francia capituló ante los nazis, el
Normandie se encontraba en Nueva York, en un todavía terreno
neutral. El gobierno de los Estados Unidos se apropió del Normandie,
lo rebautizó USS Lafayette e inició su conversión en transporte de
tropas, pero no volvió a navegar.
Durante los trabajos de conversión se
originó un incendio a bordo. Incapaces de hacer funcionar el sistema
antiincendios del buque, las autoridades portuarias decidieron
arrojar cuanta agua pudieron sobre el transatlántico; momentos
después, este zozobraba por las toneladas vertidas.
Tras una agonía de meses - llega a
salir unos segundos en Sabotage de Hitchcock- , semihundido en el
propio muelle, y con medio mundo recuperándose de las heridas de la II Guerra Mundial, no
hubo otro destino que el desgüace para el otrora orgullo de Francia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario