Tal día como hoy 17 de febrero de 1836
nació en Sevilla, el poeta y narrador más icónico del Romanticismo
español.
El Romanticismo, que se caracteriza por
su gusto por lo lúgrube, la exaltación amorosa hasta la locura y el
rechazo a lo terrenal, caracteriza de pleno sus obras más
representativas: Leyendas, relatos de misterio y plagados de
elementos sobrenaturales; y las Rimas, un poemario amoroso y
existencial, que fue editado a título póstumo por sus allegados.
Ambas obras ejercerían una influencia
definitiva en la poesía española del siglo XX, en autores
posteriores como Rubén Darío, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez.
La influencia de Bécquer en este movimiento literario solo cabe
compararse, si acaso, con la de Rosalía de Castro.
Bécquer fue hijo y hermano de
pintores, y quedó huérfano muy joven, a los 10 años de edad. En
Sevilla, estudió Arte y Humanidades. Finalmente, en 1858 se traslada
a Madrid para hacer carrera como escritor.
Se mantuvo del periodismo y mantuvo
relación con algunas figuras literarias de relevancia, como Luis
García Luna, y tuvo sus primeras aventuras amorosas.
Tras una breve estancia de vuelta a
Sevilla por enfermedad, contrajo matrimonio con Casta Esteban en
1861, con la que tuvo tres hijos. Pero su matrimonio no fue feliz. No
obstante, se considera que su etapa más prolífica tuvo lugar entre
1861 y 1865, momento en el que escribió la mayor parte de sus
Leyendas.
No solo su obra. Bécquer también fue
un romántico "de libro" :
“Volverán las oscuras
golondrinas
en tu balcón sus nidos
a colgar,
y otra vez con el ala a
sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el
vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha
a contemplar,
aquellas que
aprendieron nuestros nombres....
ésas... ¡no volverán!
Volverán las tupidas
madreselvas
de tu jardín las
tapias a escalar
y otra vez a la tarde
aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas cuajadas
de rocío
cuyas gotas mirábamos
temblar
y caer como lágrimas
del día....
ésas... ¡no volverán!
Volverán del amor en
tus oídos
las palabras ardientes
a sonar,
tu corazón de su
profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y
de rodillas
como se adora a Dios
ante su altar,
como yo te he
querido..., desengáñate,
así... ¡no te
querrán! “
Su agitada vida sentimental y su
existencia de bohemia le caracterizaron hasta el día de su muerte.
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