Tal día como hoy, 22 febrero de 1974,
Samuel Byck un trabajador en paro, intentó secuestrar un avión
desde el aeropuerto internacional de Baltimore-Washington y si tenía
éxito, planeaba estrellar el avión contra la Casa Blanca y asesinar
al presidente Richard Nixon.
De entre los mandatarios de todo el
planeta los que se llevan la palma son los presidentes de los Estados
Unidos, quienes en su práctica mayoría han sufrido algún tipo de
intento de atentado.
Uno de esos casos frustrados es el de
Samuel Byck, un desempleado de 44 años que abrumado por la precaria
situación laboral y económica por la que estaba atravesando y tras padecer una serie de desórdenes psiquiátricosque
en 1974,
decidió que la mejor manera de solucionar el futuro de su familia y
del país sería atentando contra el presidente de los EEUU Richard
Nixon, al quien culpaba de tener un maléfico plan para oprimir a las
clases trabajadoras.
Desde hacía unos años, Samuel Byck
había comenzado a padecer trastornos que provocaron que perdiese su
empleo como comercial en una cadena de venta, así
como todos los trabajos que fue encontrando posteriormente.
Las teorías conspiranoicas que llegó
a creerse, lo llevaron a escribir anónimos e inundar los principales
diarios con cartas al director, en las que daba cuenta de la supuesta
trama de la administración Nixon para evitar que los
trabajadores pudiesen prosperar.
También fueron numerosas las veces, en
las que se plantó frente a la Casa Blanca u otros lugares de
Washington y se manifestó portando alguna pancarta contra el
presidente.
Por ello en 1972 fue detenido en
un par de ocasiones, y puesto en libertad ya que el servicio
secreto no encontró motivos razonables para preocuparse y tomaron a
Samuel Byck como un pobre desequilibrado incapaz de hacer
daño a nadie.
Pero la gota que colmó el vaso de Samuel Byck fue cuando, a inicios de 1974, se le
denegó un préstamo que había solicitado a un estamento de la administración, con el que planeaba montar su propio negocio, pero la negativa a concedérselo echaba
por tierra todos sus planes de poder salir de la situación
laboral y económica en la que se encontraba.
Tenía que hacer algo para solucionarlo
y lo mejor sería acabar con el principal responsable: matar a
Richard Nixon.
Tramó un plan al que bautizó como
‘Operación Caja de Pandora’ y que consistiría en fabricar una
bomba casera, secuestrar un avión en el eropuerto de
Baltimore y, a punta de pistola, obligar al piloto a volar
en dirección a la Casa Blanca y hacer que estrellara el aparato
contra la residencia oficial del presidente.
La mañana del viernes, 22 de febrero
de Byck llevó al aeropuerto internacional de Baltimore en Washington
. Poco después disparó y mató a la oficial de policía George Neal antes de irrumpir en un DC-9 , vuelo 523 a Atlanta, que
eligió porque era el más cercano y estaba listo para despegar.
Los pilotos Reese Loftin y Fred Jones
le dijeron que resultaría imposible despegar debido a que no habían
quitado los calzos de las ruedas y tras esto, Byck les disparó. Jones
murió instantáneamente, y Loftin resultó herido Al
mismo tiempo ordenó a una auxiliar de vuelo que cerrara la puerta
del avión.
Mientras, el agente de policía Charles
Troyer entró en el túnel de embarque con su arma y disparó 4
veces a través del cristal de la puerta del avión. Dos de las balas
hirieron a Byck y viendo que su plan había fracasado y que le
capturarían, decidió suicidarse disparándose en la frente.
De acuerdo con el programa de Canal
Historia sobre Samuel Byck, titulado “Complot para matar al
presidente Nixon”, Byck no murió instantáneamente, y cuando los
policías entraron, Byck les susurro "ayúdenme". Un
maletín con la bomba que fabricó, que no llegó a estallar, se halló bajo su cuerpo.
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