Tal día como hoy 18 de noviembre de 2004, el Parlamento británico votó para poner fin a la caza del zorro desde febrero de 2005. Los activistas por el bienestar de los animales, celebraron su histórica victoria, en la lucha por mejorar el bienestar de los animales.
La caza del zorro, tiene unos orígenes muy antiguos, era una actividad practicada en las más altas esferas de la sociedad inglesa. Puesto que los agricultores debían proteger sus cosechas de los ataques del zorro, su cacería con jaurías estaba bien vista.
Sin embargo, terminó por prohibirse después. El asunto de la caza apareció de nuevo en el diario The Telegraph con las declaraciones de Jeremy Hunt, político conservador.
El inicio de la cacería del zorro tuvo lugar a mediados del siglo XVIII en una Inglaterra medieval y renacentista en la que la caza mayor estaba reservada a los reyes. Montados en sus caballos, acompañados de perros e incluso con lanzas, iban en busca de ese silencioso animal.
En ese contexto, la primera batida fue establecida formalmente por el segundo duque de Buckingham, quien de manera paradójica murió en 1685 por un resfriado que cogió mientras cazaba. Se trataba de un deporte clasista que evolucionó después para centrar la actividad en zonas específicas y preparadas para las cabalgatas. La nobleza y la clase alta siempre fueron sus grandes participantes.
Tenía así sus defensores, que alegaban la protección de las especies; pero también detractores, que no veían con buenos ojos este tipo de cacería. En el primer bando estaban muchos agricultores de la campiña inglesa, quienes la consideraban necesaria para evitar lo que denominaban plagas de zorros. Unos mamíferos que suelen atacar por las noches de manera muy cautelosa.
Esa tradición no ha perdurado tal cual hasta nuestros días, ya que en el año 2005 se prohibieron en Inglaterra, las cazas con jaurías de más de dos canes y sin el uso de la escopeta. Fue el Gobierno laborista de Tony Blair, primer ministro británico por aquellas fechas, quien impulsó esa ley, a pesar de las numerosas protestas, que ello provocó entre los colectivos de cazadores.
Hasta 268 sociedades del sector, que agrupaban a 500 000 miembros, unieron sus fuerzas en la denominada Alianza del Campo y montaron revueltas.
Finalmente, la ley se mantuvo, pero gracias a uno de sus anexos y a una enmienda, se continúan organizando batidas de zorros cada año en Gales e Inglaterra. Los animalistas contra los cazadores siguen así en pie de guerra por esto. Y ya la última noticia vinculada al tema salió a la luz en 2019, cuando el que era aspirante a líder del partido conservador británico, Jeremy Hunt, aseguró en el diario The Telegraph que estaría dispuesto a legalizar la actividad.
En conclusión,
hasta aquí llega la historia de una caza muy ligada al territorio
inglés que durante años tuvo como practicante y defensor al
príncipe Carlos, hijo de la reina Isabel II de Inglaterra y hoy día
rey de este país..
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