Tal día como hoy, 14 de noviembre del 2008, con el fin de tomar medidas ante la "crisis financiera mundial", se reúnen en Washington, líderes del G-20, formado por los países más poderosos y los emergentes, más España y Holanda, tratando de atajar las consecuencias de que la economía de muchos países desarrollados esté entrando en recesión por primera vez en su historia.
La "crisis" se desató por un sistema bancario mal regulado, especialmente en los sectores del préstamo y la inversión, dando lugar a la creación de productos hipotecarios altamente especulativos para personas sin una fuente de ingresos estable. Poco a poco irá impregnando todo el tejido financiero con el trágico balance de millones de personas de todo el mundo perdiendo sus empleos y, paradójicamente, los ricos más ricos.
Fue entonces, en 2008, cuando estalló una crisis de liquidez que estranguló a miles de grandes compañías y a millones de pequeñas y medianas empresas. Los bancos atravesaban una mala racha y dejaron de otorgar préstamos. Sin acceso a crédito, muchos negocios no pueden funcionar, por lo que algunas empresas cerraron. Otras, en cambio, recortaron gastos para tratar de capear el temporal. Y a menor gasto, menos crecimiento y menos empleo.
Sus consecuencias fueran: Caída del PIB global del 5,1%, según el Banco Mundial. Esto se tradujo en quiebras de empresas y rescates a bancos por los Gobiernos con dinero público. En España, el paro alcanzó el 25% en 2012 y rondaba el 50% para menores de 30 años.
El ‘crack’ financiero no se produjo de la noche a la mañana. Se gestó durante varios años. No fue que un día los bancos se dieron cuenta de que estaban sin un céntimo. En un intento de maximizar sus beneficios, las instituciones financieras durante años realizaron una serie de inversiones de alto riesgo, sobre todo otorgar créditos a clientes que tenían unos ingresos muy ajustados, para cubrir sus pagos mensuales.
Hay que tener clara, la relación entre riesgo y rentabilidad, ya que es uno de los pilares del sistema financiero. Si el crédito se considera seguro, los intereses tienden a ser bajos, porque es probable, que se recupere la cantidad inicialmente prestada. Pero si la operación es arriesgada, esos intereses suelen ser mayores, porque existe la posibilidad, de que no se recupere la inversión inicial.
En los 2000, las instituciones financieras llenaron sus balances de préstamos arriesgados porque daban mayores beneficios que los créditos conservadores. La cosa fue un poco así:
Un mal día, a Juan le despidieron del taller. No encontró un nuevo empleo y no tenía ahorros, así que tuvo que dejar de pagar la hipoteca que tenía contratada con el Banco. No pasaba nada, era uno de sus muchos préstamos. Pero de pronto otra clienta, Juana, también se quedó sin trabajo.
Luego les tocó a Pablo, y muchos mas y los ingresos del Banco se resintieron, por lo que dejó de pagar sus deudas, con otras instituciones financieras y, así, siguió girando la rueda hasta que un día la crisis estalló. Con la gente desempleada y sin lograr que los préstamos fluyeran, los Gobiernos decidieron entrar en acción.
Primero empezaron los rescates a instituciones financieras. Lo que hicieron muchos gobiernos fue, entre otras medidas, dar préstamos con dinero público a los bancos a bajo interés para que evitaran entrar en bancarrota. Esto permitió que los bancos volvieran a tener liquidez.
Otra solución fue bajar las tasas de interés por parte de los bancos centrales. Tasas más bajas hacen que conceder préstamos sea más barato, así lograron que los créditos volvieran a fluir.
Y otra medida fue, un programa de compra de deuda pública, para que los Estados también pudieran endeudarse a niveles más bajos. En el caso de Europa, el Banco Central Europeo, implementó un programa de compra de deuda, con el objetivo de transmitir confianza, al sistema financiero.
El problema fue, que la deuda pública mundial se incrementó, como consecuencia de estas medidas extremas ,para inyectar liquidez en el sistema financiero. Hay sectores que en la crisis de 2008 aguantaron mejor que otros. Los principales índices bursátiles mundiales, no pararon de crecer durante los diez años posteriores a la recesión, ya que en las crisis hay oportunidades, para hacerse rico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario