lunes, 3 de marzo de 2025

La historia de Agustina de Aragón, la heroína de la Guerra de la Independencia

Tal día como hoy, 4 de marzo de 1786, nacía en Reus - Tarragona- Agustina de Aragón, la gran heroína de la Guerra de Independencia.

Agustina Raimunda María Saragossa Domènech,​ llamada Agustina de Aragón, nació en Reus,- el 4 de marzo de 1786, y fue una defensora de Zaragoza durante los Sitios, en la Guerra de la Independencia Española.

Agustina se casó a los 17 años con Juan Roca Vilaseca, cabo de artillería, el 17 de abril de 1803 en la iglesia de Santa María del Pino de Barcelona. El matrimonio tuvo un hijo varón cuyo nombre se desconoce, que murió a la corta edad de cinco años, en 1809, cuando eran conducidos como prisioneros, tras la capitulación de Zaragoza, camino de Francia, falleciendo el niño al llegar a Ólvega (Soria), debido a la peste, el cansancio del viaje y el hambre.

Su marido participó, desde el principio en la Guerra de la Independencia Española, tomando parte en la batalla del Bruc. Los acontecimientos de la guerra los llevaron a Agustina y a él a Zaragoza. 

Agustina de Aragón se vio obligada a seguir a su marido, por los diferentes campos de batalla. El destino llevó a ambos a Zaragoza, ciudad en la que participan en la defensa ante las tropas de Napoleón Bonaparte.

Durante el asedio de esa ciudad, el 2 de julio de 1808, Agustina llevó a cabo la acción que la hizo célebre. Tras haber caído heridos o muertos todos los defensores de la puerta llamada del Portillo, las tropas francesas se apresuraron a tomarla al asalto.

Agustina, que llevaba la comida a su marido, tomando la mecha de manos de un artillero herido, consiguió disparar un cañón sobre las tropas francesas que corrían sobre la entrada. Dice la leyenda, que los asaltantes franceses, temiendo una emboscada, se batieron en retirada, y nuevos defensores acudieron a tapar el boquete, defendiéndose la ciudad una vez más.
 
Su acción no solo salvó cientos de vidas, también contribuyó a rechazar el ataque de un enemigo que se vio obligado a levantar el asedio, el 15 de agosto de aquel mismo año
 
Por esta heroicidad, muchos la llamaron "La Artillera". Su ejemplo alentó el espíritu de lucha de los zaragozanos contra el invasor francés. Hasta el general José de Palafox, quedó impresionado por su arrojo en la batalla, tanto que le concedió el grado de oficial del ejército.

En el segundo sitio de la ciudad, Zaragoza cayó en manos de los franceses tras más de dos meses de lucha y Agustina de Aragón fue capturada, sin embargo, esta consigue escapar y continuar la lucha al lado de su marido, en Tortosa y Vitoria.

Años después, en 1814, el propio Rey Fernando VII quiso conocerla en persona y, al tener constancia, de la mala situación financiera que atravesaba la familia de Agustina de Aragón, este le otorgó una pensión vitalicia, de cien reales mensuales.

Agustina de Aragón murió en su domicilio, de la calle Soberanía Nacional de Ceuta el 29 de mayo de 1857, a los 71 años de edad, a causa de una bronconeumonía, y fue enterrada en el cementerio de Santa Catalina, de dicha ciudad.

Hasta 1870 no fueron trasladados sus restos a Zaragoza, descansando primero en la Basílica del Pilar y, desde el 14 de junio de 1908, en la capilla de la Anunciación de la Iglesia de Nuestra Señora del Portillo, donde son venerados como los de una gran heroína que con valor y decisión repelió las adversidades.

Se la considera, como uno de los símbolos más representativos de la resistencia española, contra el invasor francés y símbolo de resistencia, contra la ocupación francesa.

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