sábado, 8 de marzo de 2025

Federico Gravina, el héroe olvidado de la batalla de Trafalgar

Tal día como hoy, 8 de marzo de 1806, fallecía el marino español Federico Gravina, a consecuencia de las heridas recibidas en combate.

Los Gravina pertenecían a la nobleza siciliana, por ser descendientes de los normandos que conquistaron la isla.​ Así, los antepasados de Federico habían probado su origen normando en distintas ocasiones.​ Federico nació en Palermo, hijo de Juan Gravina y Moncada, príncipe de Montevago, duque de San Miguel, grande de España, y de Leonor Nápoli y Monteaperto, hija del príncipe de Resuttano, igualmente grande de España.

Procedente de una familia de la nobleza siciliana, vinculada tradicionalmente a la monarquía española, Federico Gravina ingresó en la Armada en 1775. Como miembro de la Marina española, participó en diversas acciones como la expedición a América contra los portugueses en 1776, el sitio de Gibraltar de 1779, la reconquista de Menorca, el nuevo intento por recuperar Gibraltar en 1782, varias expediciones contra Argel y, ya como capitán de navío, la evacuación española de Orán y un viaje a Constantinopla y otro a Cartagena de Indias y Cuba.

Con el estallido de la Revolución francesa, España fue arrastrada a una guerra contra Francia en la que Federico de Gravina, tuvo un papel destacado dirigiendo cuatro embarcaciones en el asedio de Tolón, combate en el que fue herido, y en la costa catalana. Unas acciones, por las que se le concedió el mando de la Escuadra.

Tras aliarse España con la Francia revolucionaria, Federico de Gravina colaboró con los franceses, en la guerra contra Gran Bretaña. Lo hizo defendiendo los puertos de Cádiz, Ferrol y Brest. Además, acompañó al almirante Pierre Charles de Villeneuve, en las batallas de Finisterre y Trafalgar.

Con los buques anclados en el puerto de  Cádiz, Federico Gravina y otros altos mandos españoles, como Cosme de Churruca o el general Cisneros -al mando del enorme buque Santísima Trinidad-, mantuvieron fuertes discusiones con los mandos franceses. Estos optaban por salir de Cádiz, mientras que los españoles recomendaban esperar, por ser el viento desfavorable y aproximarse un temporal en la zona.

Finalmente la flota zarpó de Cádiz el 20 de octubre de 1805, teniendo lugar al día siguiente la batalla de Trafalgar, siendo derrotados frente a la escuadra inglesa.

Federico Gravina, resultó gravemente herido, perdió un brazo, y esa herida terminaría causando su muerte meses más tarde. A pesar de ello, logró llegar con su navío Príncipe de Asturias a Cádiz.

Gravina alcanzó la más alta dignidad militar cuando se le promovió a capitán general de la Armada. Pero sus heridas se agravaron y finalmente murió el 9 de mayo de 1806, con 49 años de edad. Sus restos se encuentran en el Panteón de Marinos Ilustres, de San Fernando (Cádiz).

Gravina fue un ejemplo de marino audaz y personaje ilustrado, fiel a sus convicciones y leal a sus superiores, que ha permanecido oculto, en el olvido de la historia. 

El devenir de los acontecimientos impidió a Gravina, llevar a cabo sus planteamientos tácticos durante la batalla de Trafalgar, tan opuestas a las decisiones desesperadas acometidas por el almirante francés Villeneuve, preso de sus dudas y temores.

Como acabó dictaminando Napoleón a Denis Decrès, Ministro de Marina de Napoleón: “Gravina es todo genio y decisión en el combate. Si Villeneuve hubiera tenido esas cualidades, el combate (…) hubiese sido una victoria completa”.

No es posible determinar, cuál hubiese sido el destino de la batalla de Trafalgar, si Gravina hubiera comandado el combinado franco-español. Lo que sí sabemos, es que el resultado de esta contienda, condenó a Gravina al olvido.

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