Curiosamente y aunque hay una canción que habla del inicio el 7 de julio, los festejos comienzan el día anterior, con el lanzamiento del “chupinazo” desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona a las 12 del mediodía del 6 de julio, y terminan a las 24 horas del 14 de julio con el “Pobre de mí...,” una canción triste de despedida.
Una de las actividades más famosas de estas fiesta, es el encierro, que consiste en un recorrido de 849 metros delante de los 6 toros que serán lidiados por la tarde en la corrida de toros y 6 cabestros o mansos, carrera que culmina en la plaza de toros. Los encierros tienen lugar todos los días entre el 7 y el 14 de julio, a las ocho de la mañana, con una duración media de entre dos y tres minutos.
Los sanfermines nacieron en la época medieval como feria comercial, usando para ello las fechas de fiestas religiosas cristianas, que a su vez usaban fechas festivas de orígenes más anteriores, como la del paganismo vasco y latino.
A comienzos del siglo XIII se celebraban unas ferias comerciales tras la noche de San Juan, coincidiendo con el comienzo del verano, y posteriormente se pasaron a celebrar a partir de la festividad de San Pedro, el 29 de junio, pero como las ferias eran lugares de encuentro de mercaderes, ganaderos y aldeanos, eran pretexto para festejar y comenzaron a organizarse corridas de toros, que pronto empezaron a formar parte de la tradición.
En 1381 por privilegio del rey Carlos II de Navarra, pasó a ser feria franca, coincidiendo también entonces con festividades religiosas y en 1592 para aprovechar el mejor tiempo, decidieron comenzarlas el día séptimo del séptimo mes: el 7 de julio.
Su fama mundial es un fenómeno reciente, vinculadas principalmente también a la difusión que les dio Ernest Hemingway. Se trata de unas fiestas singulares y, sin duda, es el acontecimiento por el que más se conoce a Pamplona en el mundo, todo ello como resultado de una lenta evolución histórica cuyos orígenes se remontan a la Edad Media.
Tres celebraciones independientes están en su origen: los actos religiosos en honor a San Fermín, desde antes del siglo XII, las ferias comerciales y las corridas de toros, documentadas ambas desde el siglo XIV. De esta forma, se produjo la coincidencia entre la celebración religiosa y el bullicio ferial, en el que los toros jugaban y siguen jugando hoy, un papel esencial.
El escritor estadounidense Ernest Hemingway, enamorado de estas fiestas, fue uno de los que contribuyeron a propagarlas mundialmente, mediante su libro “Fiesta” y actualmente la población de Pamplona durante esta semana pasa de 190.000 habitantes a más de 1.000.000 de personas, convirtiendose en un milagro el poder encontrar alojamiento en la ciudad estos dias..
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