domingo, 1 de julio de 2018

Arias Navarro, el último presidente del franquismo

Tal día como hoy 1 de julio de 1976, en España dimite Carlos Arias Navarro, último presidente del Gobierno nombrado por el dictador Francisco Franco.

Arias Navarro fue un político español, presidente del Gobierno durante la dictadura franquista y la Transición. Era licenciado en Derecho; notario y fiscal y tras el comienzo de la Guerra civil española, tuvo un destacado papel en la dura represión que se produjo en Málaga en 1937, razón por la que fue conocido como el “Carnicerito de Málaga”.

En junio de 1973 fue nombrado ministro de la Gobernación en el  gabinete encabezado por el almirante Luis Carrero Blanco y poco después del asesinato de este último, se produjo su nombramiento para el mismo cargo, gracias a su proximidad a la familia del dictador.

Durante su primer gobierno, Arias dio signos de apertura del régimen en lo que se vino a llamar el “espíritu del 12 de febrero”, siendo bien recibido por los sectores aperturistas del franquismo y objeto de una amplia difusión en los medios de comunicación. Sin embargo, desde el primer momento las presiones del denominado "búnker"- franquistas ortodoxos - frustraron rápidamente esa tentativa.

El atentado de la cafetería Rolando, el 13 de septiembre de 1974 por el grupo terrorista ETA, supuso el último acto para que Arias abandonara cualquier atisbo reformista y al comenzar el año 1975, se encontró con la frontal oposición de los sectores estudiantiles, el frente obrero, un aumento del problema terrorista y los efectos de la crisis del petróleo de 1973, que causó un importante crecimiento de la inflación.

Aquel verano, ocurrió un hecho especialmente grave para el franquismo, y para Arias Navarro en particular, como fue la detención de varios oficiales de las Fuerzas Armadas acusados de pertenecer a la clandestina Unión Militar Democrática (UMD). En este ambiente de oposición al régimen, la represión se vio alimentada con la aprobación de un decreto ley contra el terrorismo, que en la práctica implicó el establecimiento de un Estado de excepción permanente.

El final del año 1975 fue una sucesión de acontecimientos - ejecuciones de septiembre, “Marcha Verde”, enfermedad y muerte de Franco - que pusieron en evidencia su incapacidad al frente del gobierno y en medio de una inmensa presión internacional por los fusilamientos de septiembre, y coincidiendo con los últimos días de vida de Franco, Arias Navarro cedió ante Marruecos la administración del Sáhara a Marruecos y Mauritania, dejando a la población saharaui abandonada a su suerte.

Tras la muerte del dictador, el 20 de noviembre de 1975, el nuevo rey Juan Carlos I depositó su confianza en él, sin embargo, Arias careció de liderazgo y se vio superado por ministros de mayor empuje, como Manuel Fraga y José María de Areilza. Por otro lado, tuvieron lugar dos hechos que ensombrecieron su gobierno: el 3 de marzo de 1976, durante los Sucesos de Vitoria, la Policía armada realizó disparos contra varios manifestantes que se saldaron con 5 muertos y más de un centenar de heridos y meses después tenían lugar los Sucesos de Montejurra, en Navarra.

El 1 de julio de 1976, tras una tensa reunión con el rey, presentó finalmente su dimisión y posteriormente a su salida, se hizo público que había espiado las conversaciones telefónicas de todos los que habían sido sus ministros, incluso del entonces príncipe Juan Carlos.

Murió a finales de 1989 a los ochenta años de edad y fue enterrado en el cementerio de El Pardo en Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario