Se conoce como Gran incendio de Roma al que arrasó parte de la ciudad durante el verano del año 64, reinando Nerón y su auténtico significado y alcance son motivo de disputa, ya que las fuentes, principalmente Tácito, que tratan sobre el incendio son pocas, y se contradicen en ciertos aspectos.
No obstante, parece claro que el incendio se inició la noche del 18 al 19 de julio del año 64, y que la ciudad ardió por espacio de al menos cinco días. Según Tácito, cuatro de los catorce distritos de Roma fueron arrasados, y otros siete quedaron dañados y algunos monumentos, como el templo de Júpiter y el hogar de las vírgenes vestales fueron pasto de las llamas.
El gran incendio de Roma, es motivo de controversia por la escasez de fuentes históricas que lo mencionan. Según Tácito, el fuego habría empezado en el extremo del sudeste del Circo Máximo, en las tiendas que vendían mercancías inflamables - aceites, etc. - y se habría extendido rápidamente.
El otro único historiador vivo entonces, que hace referencia al incendio en sus escritos es Plinio el Viejo, y únicamente lo menciona superficialmente, sin dar detalles del mismo, habiéndose interpretado que lo consideraba un incendio más de los muchos y fortuitos que padecía Roma en la época.
Historiadores posteriores como Suetonio y Dión Casio cuentan que mientras Roma ardía, Nerón cantó, vestido para la ocasión, el Iliou persis -el Saqueo de Troya-. Sin embargo, según Tácito, Nerón se encontraba en Antium en el momento del incendio, y afirma que el que Nerón tocara la lira y cantara mientras la ciudad ardía había sido un rumor.
Sea como fuere, la imaginería popular tradicionalmente ha representado a Nerón tocando la lira mientras Roma ardía.
Según Tácito, al tener noticia del incendio, Nerón regresó a Roma y organizó un plan de ayuda para los afectados, corriendo de su propio bolsillo con todos los gastos y abrió sus palacios y jardines al pueblo, para poder proporcionar un refugio a los que se hubieran quedado sin vivienda y dispuso suministros de alimentos para evitar la hambruna entre los supervivientes.
No está claro quién o qué causó realmente el incendio. Según Tácito, poco después del fuego algunos romanos empezaron a culpar a Nerón y el clima de frustración tras el incendio hizo que Nerón, ya fuera queriendo desviar las culpas, ya fuera por buscar a un culpable, acusara rápidamente a los cristianos.
La posibilidad de que un grupo de cristianos o judíos radicales iniciara el incendio se ha discutido sin llegar a ninguna conclusión definitiva y por su parte la historiografía cristiana ha señalado el hecho como uno de los primeros martirios sufridos por los cristianos, y ha tendido a mitificarlo.
De acuerdo con Tácito, Nerón condenó a los cristianos a ser arrojados a las fieras, los hizo crucificar y los quemó para que sirvieran de antorchas.
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