Tal día como hoy 28 de mayo de 585 a.C. se produce un eclipse solar previsto por Tales de Mileto, mientras el rey lidio Aliates II está librando la "batalla del eclipse" contra el rey medo Ciáxares. Esto lleva a una tregua.
El evento celeste, predicho por Tales de Mileto, detuvo las hostilidades entre las civilizaciones meda y lidia, y contribuyó a un cambio de mentalidad que configuró nuestro mundo, tal y como lo conocemos.
El historiador del siglo V a. C. Heródoto de Halicarnaso, ya menciona en el libro I de su Historia, los dos hechos relevantes que convierten este recurrente fenómeno, en un suceso especial. Y es que el espectáculo celeste del 585 a. C., logró detener una guerra que duraba ya más de un lustro, y además, fue predicho por Tales de Mileto.
Los lidios eran una antigua civilización helenizada, que ocupaba el oeste de la península de Anatolia y que se extendía hasta las cosas de Jonia, auténtica cuna de la filosofía. Mileto, ciudad natal de Tales, era aliada de Lidia. Los medos, por su parte, habitaban en la zona este de la península y se extendían, hasta Mesopotamia.
Ambas civilizaciones chocaron, como fruto de un proceso de expansión, e iniciaron un conflicto bélico muy igualado, que duró hasta el día del eclipse.
Según Heródoto: “…en plena batalla, de improviso el día se tornó en noche. Entonces lidios y medos, al ver que la noche tomaba el lugar del día, pusieron fin a la batalla y tanto unos como otros, se apresuraron, con mayor diligencia de lo habitual, a concertar la paz”.
Ambos bandos, interpretaron el acontecimiento como un mal augurio, un mensaje divino de desaprobación, que les disuadió de continuar litigando. Tal fue su compromiso con la paz, que hasta se apresuraron en concertaron un matrimonio, entre Astiages, hijo del rey medo Ciáxares, y Aryénis, hija del rey lidio Aliates. Se fijó el río Halis como frontera natural entre ambos reinos.
El episodio permite ilustrar dos formas distintas, de interpretar el cosmos: una basada en el mito y otro en la razón. Desde la perspectiva mitológica, los fenómenos naturales, son fruto de la voluntad de los dioses, y por ello, la inversión de la noche por el día en medio de una batalla no podía significar mas que el enojo de la divinidad. ,
La de Tales, por el contrario, representaría una interpretación racional, científica, que observa las regularidades de la naturaleza, establece hipótesis científicas y formula predicciones.
La escuela jónica de los filósofos presocráticos, que nacía con Tales y que tuvo a Anaximandro y Anaxímenes, como sus continuadores directos, buscó una explicación racional, sobre el origen de todas las cosas y especuló, sobre las leyes que rigen el cosmos, perfilando de forma prematura, la historia de la filosofía y la ciencia occidental moderna.
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