Tal día como hoy, 30 de mayo de 1920, Earl Dickson presenta a los directivos de la empresa Johnson & Johnson, su invento de la tirita.
En 1920, Earl Dickson tenía un trabajo en el departamento de Compras de la empresa y una esposa -con la que acababa de contraer matrimonio- que era algo torpe en casa y casi todos los días, se hacía pequeñas heridas. Este fue el caldo de cultivo perfecto, para que Dickson terminara inventando las tiritas.
Josephine Knight, la esposa poco ducha en labores domésticas, ha pasado a la historia por ser la musa de las tiritas. Dickson ayudaba a su mujer a curarse las heridas de sus pequeños dedos, con un poco de algodón, tapando la herida con un trozo de esparadrapo.
Todo el proceso era en sí mismo bastante incómodo: la cura duraba poco y terminaba cayéndose. Observando esta escena, Earle Dickson pensó en alguna solución, más duradera y que permitiera a una persona, curarse a sí misma. Alguna cinta adhesiva, que ya llevase incorporado un trozo de gasa o algodón y no se cayese.
Hizo varias pruebas, con un trozo de cinta y le puso a intervalos unos cuantos apósitos, de "crinolina" -un tejido hecho con crin de caballo- impregnados de desinfectante. Habían nacido las tiritas.
Tras varias pruebas, decidió no dejar la idea en un remedio casero y se la presentó a James Wood Johnson, uno de los fundadores de la Johnson & Johnson. Tanto le gustó la idea que decidió comercializarla.
En 1920 las tiritas se lanzaron al mercado con el nombre comercial de Band-Aid, por el que todavía hoy son denominadas comúnmente, las tiritas en Estados Unidos. Algo similar ocurre en España, donde no llegarán hasta una década más tarde. Fue en 1940, cuando se comercializaron con el nombre de Tiritas.
Las primeras tiritas, se fabricaban manualmente. Se ofrecían en tiras de alrededor de medio metro de largo, por 6 centímetros y medio de ancho. El usuario debía cortar, el ancho de tirita que necesitara.,
Sin embargo, las primeras tiritas no lograron el éxito que sus progenitores esperaban. El primer año, las ventas fueron solamente de 3.000 dólares.
Ahora solo hacía falta, una buena campaña de marketingm para darla a conocer a la sociedad. Fue entonces cuando decidieron regalar, varias cajas a los Boy Scouts, ya que era frecuente que en sus excursiones, sufrieran algún corte o herida.
De esta forma la tirita –que se conocía como Band-Aid- se popularizó no solo entre los niños, sino también entre sus familias. El éxito no se hizo esperar y tan solo cuatro años después, la producción y ventas de la cinta adhesiva se habían disparado hasta tal punto que Dickson, fue ascendido a vicepresidente de la compañía.
En la década siguiente, las tiras adhesivas llegaron a España y en 1940 se registró el nombre comercial de 'Tiritas", con el que las conocemos actualmente. Un vocablo que, por cierto, fue incluido en el Diccionario de la Lengua Española en 1984.
La Segunda Guerra Mundial, también supuso un fuerte empujón para su popularización, ya que, por aquel entonces, comenzaron a venderse esterilizadas y fueron incluidas ,en los equipos de emergencia de los soldados, que iban al frente.
Se calcula que, a comienzos del siglo XXI, cuando acababa de cumplir ochenta años, la producción de tiritas, a nivel mundial, ya superaba los 100.000 millones. Un invento revolucionario que nació, como otros muchos, gracias a la serendipia,(1) bueno y también a un cúmulo, de pequeños accidentes domésticos.
( 1) Serendipìa: Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario