Tal día como hoy, 7 de mayo de 1298, se colocaba la primera piedra de la catedral de Barcelona, máximo exponente de lo que se conoció, como gótico mediterráneo.
El origen de esta catedral, se remonta al periodo visigodo, cuando se escogió el actual emplazamiento, para levantar una ermita en honor a la Santa Cruz, en el año 599
Mas de un siglo después, las invasiones árabes asolaron la región y destruyeron la ermita, por lo que el obispo Frodoino, pidió ayuda al hijo de Carlomagno, Carlos el Calvo, para reconstruir el templo, esta vez consagrado a Santa Eulalia.
A finales del primer milenio apareció Almanzor, "la vara de Dios", que arrasaba a su paso con toda huella de cristianismo y de nuevo hubo que alzar una iglesia. Lo hizo Berenguer el Viejo, demostrando que si los islamitas eran pertinaces destruyendo, más lo serían los cristianos honrando a su Dios.
De aquella primera catedral románica, sólo queda la portada principal, aunque la tumba de su benefactor, Berenguer el Viejo, y de su esposa Almodis, aún se conserva bajo sus piedras.
Fue Jaime II de Aragón, quien mandó construir la catedral, que hoy conocemos. Lo hizo a finales del siglo XIII y no se terminaría hasta mediados del XV, bajo el reinado de Alfonso V.
El ritual de colocación de la primera piedra, comenzaba señalando con una cruz de madera la posición del altar. Después se colocaba una gran piedra cúbica, en algún lugar del perímetro señalado.
Entonces el obispo rociaba con agua bendita la cruz y la piedra original, que luego era fijada con cemento o argamasa. A continuación rociaba el perímetro de agua bendita, pedía ayuda a los fieles, a quienes concedía indulgencias, y celebraba la primera misa.
La catedral de Barcelona, presenta una fachada exterior con dos altas torres laterales y otra central, coronada por un cimborrio de 70 metros. Aunque su proyecto data de 1480, no se construyó hasta finales del siglo XIX.
En el interior destaca la cripta, con los restos de Santa Eulalia, situada bajo el presbiterio, cuyo sepulcro de estilo italiano, se sostiene sobre ocho columnas de mármol jaspeado.
Una de sus acogedoras capillas, alberga el retablo de la Transfiguración, obra de Bernardo Martorell, y en la capilla de San Olegario, se encuentra el Cristo de Lepanto, uno de los que más devoción despierta, entre los feligreses.
A finales del siglo XIX, el industrial barcelonés Manuel Girona Agrafel, se ofreció a sufragar la obra de la fachada y de sus dos torres laterales que fue llevada a cabo según los planes del arquitecto Josep O. Mestres, inspirados en el proyecto inicial, que ya se había dibujado en el siglo XV.
Los hijos del señor Girona ,completaron la empresa del padre con la construcción del cimborrio, que se finalizó el año 1913.
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