Tal día como hoy, 23 de mayo de 1934, la pareja Bonnie y Clyde, fue acribillada por la policía. En su turbulenta vida criminal, cometieron numerosos robos en gasolineras,.tiendas y bancos, y asesinaron a nueve policías.
Era la víspera de Reyes de 1930, cuando Bonnie Elizaberth Parker, de 20 años, conoció a Clyde Chestnut Barrow, de 21. Aquella noche, Bonnie le contó de su pasión por la poesía y el canto, mientras que Clyde le dijo, que intentaría dejar su carrera como ladrón, para comenzar una nueva vida, con un trabajo honrado.
Él ya había estado dos veces en la cárcel. Según decía, la crisis económica que azotaba a sus padres y a sus siete hermanos, lo había “obligado” a cometer robos desde los 17 años. Junto a su hermano mayor, Marvin Ivan, apodado “Buck”, llevó adelante varios atracos, secuestros y asesinatos en Texas.
Por su lado, Bonnie, había huido de su hogar a los 16 años, para casarse con Roy Thornton, su primer amor de la escuela. La joven no sabía que ese apuesto muchacho, se convertiría en su carcelero. De hecho, vivió años de maltrato, hasta que Roy fue detenido por asesinato y condenado, a cinco años de prisión. Entonces, Bonnie regresó con su madre, se divorció y comenzó a trabajar como camarera.
Los primeros meses en los que Bonnie y Clyde vivieron juntos, tuvieron un trabajo tradicional. Sin embargo, el joven cometió un robo y fue encarcelado por tercera vez. Mientras él estaba tras las rejas, la mujer hizo de todo para intentar ayudarlo a escapar, e incluso logró introducir, una pistola al recinto para su fuga. Pese a ello, al poco tiempo, fue recapturado y llevado a la cárcel de Eastham.
En prisión, Clyde fue víctima de violaciones por parte de otro recluso. El hombre tomó venganza y mató a su violador y, para no ser condenado por otro crimen, convenció a un recluso que cumplía cadena perpetua, para que se autoinculpase. Fue así como dos años después recibió la libertad condicional.
Ya en libertad, Bonnie y Clyde, querían vivir como criminales, por lo que formaron una banda a la que sumaron a “Buck” y a su mujer, Blanche, además de a otros dos cómplices. Así, sus atracos iniciaron en 1932 y siguieron hasta mayo de 1934. Cometieron numerosos robos en gasolineras, tiendas y bancos, y asesinaron a nueve personas: todas ellas, policías.
Los ladrones vivían escondidos, se bañaban en ríos, comían latas de conserva y hacían turnos para dormir.
En enero 1934, la pareja asesinó a un agente de seguridad, durante un atraco que perpetuaron, para liberar a un recluso de la cárcel de Eastham, en Texas. Entonces, el gobierno federal puso al frente de la investigación al antiguo ranger Frank A. Hamer.
Bajo el mando de este veterano del ejército, el 13 de abril de 1934 el FBI accedió a un dato crucial: el 21 de mayo, los criminales viajarían a Luisiana para visitar a los Methvin, padres de un miembro de la banda.
La madrugada de aquel 23 de mayo, seis policías encabezados por Frank Hamer se ocultaron tras los arbustos, de la carretera secundaria de Bienville Parish para esperar a la pareja, hasta que Clyde detuvo su auto para conversar con el padre de Methvin, mientras que Bonnie comía un sándwich, en el asiento del copiloto.
De inmediato, los agentes comenzaron a disparar contra el vehículo y al menos 167 proyectiles de escopetas, fusiles y pistolas fueron descargados contra el vehículo. Bonnie y Clyde murieron. Él recibió 51 impactos de bala; ella, 57.
“Sobre el suelo del Ford estaban la pistola con la que Bonnie había alcanzado a disparar, un mapa de carreteras de Louisiana y el sándwich a medio comer. En el auto se encontraron, también, muchas municiones, algunos elementos de camping, el saxo de Clyde y quinientos dólares. Había, también, algunas matriculas de autos falsificadas de Texas, Louisiana y Arkansas”.
Los familiares de ambos, enterraron los cadáveres en la ciudad de Dallas, pero no cumplieron con el deseo de la pareja, de que ambos cuerpos permanezcan juntos. Bonnie está el Crown Hill Memorial Park y Clyde, en el Western Heights Cementery.
La vida criminal de Bonnie y Clyde, inspiró cientos de historias que fueron llevadas al cine y a la literatura, donde quedó reflejado el terror, que esta pareja de feroces delincuentes sembró, en Estados Unidos, en la década de los años 30, del siglo XX.
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