domingo, 7 de febrero de 2016

Tarancón, un cardenal anti-franquista.

Tal día como hoy, 7 de febrero de 1972, el cardenal Vicente Enrique y Tarancón es elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española.

Vicente Enrique y Tarancón, fue un cardenal español, que se distinguió por sus disputas con Franco, siendo luego reconocido como conciliador durante la transición, al frente de la Conferencia Episcopal.

Era hijo de labradores y estudió en el seminario de Tortosa, siendo ordenado sacerdote el 1929, tras lo cual se doctoró en Teología y a principios de la Segunda República, fue destinado a Madrid para participar en la campaña itinerante de Acción Católica, donde se hallaba  al estallar la Guerra Civil.

Durante esta, la Iglesia católica apoyó mayoritariamente la sublevación franquista, pero Tarancón que se encontraba en Pontevedra, que estaba en manos franquistas, no resultó asesinado, volviendo a Vinaroz en 1938 como párroco, una vez tomada la ciudad  por los rebeldes y de allí, nombrado  en 1945, obispo de Solsona con treinta y ocho años, el más joven de España entonces.

En 1950 publica la pastoral “El pan nuestro de cada día” contra el mercado negro, lo cual le hizo caer en desgracia y, su carrera eclesiástica permaneció estancada hasta que a mediados de los 50 fue nombrado secretario de la Conferencia Episcopal Española y participó en el Concilio Vaticano II, siendo  protegido del Papa Pablo VI, que en 1969 le nombró cardenal, lo que no dejó de sorprender a los políticos de la dictadura.

Presidió la Conferencia Episcopal Española, desde 1971 hasta 1981, en el periodo popularmente conocido como “Transición Democrática” y durante el funeral de Carrero Blanco, asesinado por ETA, fue insultado al grito de "Tarancón, al paredón", y tuvo que salir por la puerta trasera de la Iglesia para no ser agredido.

En 1974, con ocasión del “Caso Añoveros”, obispo de Bilbao al que el régimen detuvo para mandarlo al exilio, a causa de una pastoral, Tarancón comunicó a Franco que le excomulgaría si ejecutaba la orden de expulsión, amenaza que aterrorizó el dictador ya anciano, hasta el punto de “hacerlo llorar”, lo cual indica hasta donde calaban en el animo de Franco, las amenazas espirituales, herramienta que la iglesia ha usado siempre a lo largo de la historia, para amedrantar al poder político y conseguir sus propósitos.

En un libro de memorias, Tarancón afirmó que había llegado a tener la orden de excomunión de Franco en el bolsillo, lo que indica mucho, tanto del dictador como del cardenal y su psicología respecto al Caudillo, aplicada a las triquiñuelas, que la iglesia ha usado siempre para salirse con la suya..

Muerto Franco, con su homilía, el día de la misa de coronación del rey Juan Carlos I en 1975, simbolizó la apertura de la Iglesia a la democracia, facilitando el periodo conocido como transición, aunque sus palabras y su apoyo a la Iglesia vasca, hicieron que sus detractores lo etiquetasen de "rojo, enemigo del Régimen y compadre de los independentistas vascos".

Fue miembro del Consejo Valenciano de Cultura y de la Real Academia Española desde 1969, ocupando el sillón b, hasta que en 1983, por  causa de edad, dimitió de su cargo como arzobispo de Madrid, retirándose a su tierra natal, donde falleció en 1994, siendo enterrado en Madrid,

La vida de Tarancón ha sido llevada a televisión, en dos capítulos titulados “Tarancón, el quinto mandamiento”, que contó con más de 100 actores y 1.000 figurantes y en la que el fallecido actor José Sancho, dio vida al cardenal.

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