Tal día como hoy 19 de noviembre de 1659, tras ocho años de cárcel inquisitorial, es quemado vivo en Mexico, Guillén de Lamport o Lombardo de Guzmán, místico irlandés, por apostasía.
Guillén de Lampart, fue un inmigrante, conspirador, soldado, revolucionario y poeta místico irlandés, que viajó al virreinato de Nueva España – México - en 1640.
Sus padres eran nobles católicos empobrecidos y rebeldes fanáticos, contra la ocupación inglesa de Irlanda, heredando de ellos su mismo patriotismo y técnicas conspiratorias, estudiando en los agustinos y franciscanos en Wexford, y en los jesuitas en Dublín.
Viajó a Londres como estudiante y allí fue condenado a muerte por escribir contra la invasión de Irlanda, por lo cual tuvo que huir llegado a Portsmouth, al sur de Inglaterra, donde durante algunos meses participó como corsario en asaltos y abordajes de piratas, pero pronto abandonó esa actividad, dirigiéndose a La Coruña donde cambió su nombre por Guillén Lombardo.
Se enroló entonces en los Tercios de Flandes, en los llamados “Gansos Salvajes”, y tras haber militado en este regimiento irlandés, ingresó como capitán en el ejército español, participando en las Batalla de Nördlingen y en el asedio de Fuenterrabía, llegado a ser consejero y espadachín del duque de Olivares, quien lo preparó para servirle como espía en el virreinato de Nueva España.
En 1640 viajó a la Nueva España en la comitiva del virrey, enviando informes al Conde-Duque sobre las corruptelas de su gobierno, aunque él secretamente pensaba que aquel territorio no debía pertenecer al rey Felipe IV, pues consideraba que “no lo había conquistado legítimamente".
En 1642 urdió un plan mediante el cual, falsificando documentos, se haría pasar por hijo natural de Felipe III, para usurpar el puesto del virrey y liberar a indígenas, negros y mestizos, pero su plan fue descubierto y denunciado a la Inquisición, que lo halló culpable de practicar además “hechicería y hacer pactos con el Diablo”.
Su caso llegó a estudiarse en el Consejo de Indias, informándose al rey, quien dejó actuar a la Inquisición, cuando se encontraron en su casa escritos, sobre una Propuesta al Rey Felipe IV para liberar Irlanda- borrador de un documento entregado por la nobleza irlandesa a Olivares - y la Proclama Insurreccional para la Nueva España, que proponía la emancipación de indios y esclavos y su separación del imperio, lo que le convierte en lejano precursor de la independencia de México.
Él comparaba a los indios con los irlandeses, despojados de su nobleza y de su religión católica por los ingleses y condenados a la miseria, como los nativos de América lo fueron por los españoles.
Eso explica su decisión de revelarse contra la Corona, planteándose la legitimidad de la Conquista y concibiendo un nuevo sistema en el que se elevaría la nobleza indígena al rango de la española, se liberarían los esclavos y él sería príncipe y rey del nuevo estado.
Tras ocho años de cautiverio, huyó de la cárcel clavado su “Pregón de los justos juicios de Dios” en la catedral de México y divulgando diversas copias, siendo apresado camino de Veracruz, población integrada por esclavos fugitivos, y ejecutado en la hoguera el 19 de noviembre de 1659.
Sin embargo, la verdadera razón de su ejecución fue la elaboración del plan para independizar a Nueva España y proclamarse él mismo rey, usando Felipe IV a la Inquisición y sus expeditivos métodos, para librarse de tan molesto personaje.
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