Tal día como hoy 25 de noviembre de 1812, los patriotas mexicanos arrebatan a los españoles la ciudad de Oaxaca, de gran importancia política y militar para la independencia.
La región de Oaxaca había sido conquistada en 1521, por Francisco de Orozco, enviado por Hernán Cortés en busca de oro, siendo de las regiones más avanzadas culturalmente y fueron los que primero reconocieron a los españoles, lo que se tradujo en alianzas con los conquistadores, por lo que el control de la zona fue relativamente rápido.
En nacimiento de esta ciudad se produjo en contra de las ordenes de Cortes, que la había ordenado fundar en otro lugar, sin embargo sus hombres regresaron al Valle de Oaxaca, donde el clima era más benigno, fundando “Segura de la Frontera” a modo de rebeldía, por lo que tendrían que luchar primero en contra de Cortés, y después, con el Virreinato.
Pero, en septiembre de 1526, por orden real se dio al nuevo asentamiento la categoría de villa y gracias a esto, la denominación de “Villa de Antequera de Guaxaca”, pues al parecer los primeros conquistadores, compararon su geografía con la ciudad española de Antequera, que junto al tono verdoso de la cantera para construir, le dio el nombre de "Verde Antequera", como se conoce también hoy a la ciudad.
La distribución de los solares fue para ochenta familias españolas, las órdenes religiosas y los principales edificios civiles, recibiendo en abril 1532 del emperador Carlos V, el título de "Muy noble y leal ciudad", que conservaría durante el resto de la época colonial.
A partir de la segunda mitad del siglo XVI, Antequera empezó su primer periodo de crecimiento que duraría treinta años, con el comercio de cochinilla; la tenencia de la tierra por los españoles; los gremios de fabricantes y bordadores y la población comenzó a aumentar constantemente.
Sin embardo, la cercanía de la placa tectónica de Cocos, provocó una serie de terremotos desde el 1660 hasta el 1800, lo que obligaba de manera continua a reconstruir la ciudad, pese a lo cual Antequera se convirtió en uno de los más importantes centros de poder y riqueza del país, trasformándose de pequeño pueblo agrícola, en centro comercial considerable, periodo conocido como la “Edad de Oro de Oaxaca”.
A principios del Siglo XIX, los criollos, adoptaron las ideas de la ilustración y comenzaron a rebelarse contra la corona española y esta región cobró mucha importancia, tras el ataque de José María Morelos el 25 de noviembre de 1812, cuando llegó a las puertas de la intendencia de Nueva Antequera, pidiendo la rendición de la plaza, siendo contestado a cañonazos.
Pero las tropas insurgentes iniciaron el ataque y tras tres horas de combate, Morelos logró tomar la ciudad, estableciendo en ella un tribunal de “protección y confianza pública”, para investigar faltas a la causa insurgente, instituyendo también un gobierno autónomo.
Tras mes y medio de su captura decidió abandonarla y proseguir hacia Acapulco, significando la toma de esta plaza, el incremento del prestigio militar de Morelos y lograr y una posición geográfica privilegiada por los caminos y villas que desde ella podían controlar.
El gobierno insurgente de la ciudad de Oaxaca duró de 1812 hasta 1814, cuando fue recuperada la ciudad por el ejército realista.
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