A finales de los 80 la familia Nakachian, protagonizó uno de los secuestros más mediáticos de España, al retener a su hija de 5 años durante once días, para que sus padres pagaran un millonario rescate, siendo liberada con éxito, tras un despliegue policial sin precedentes.
El 9 de noviembre, Mélodie fue secuestrada por una banda internacional de delincuentes, que exigían un rescate de 16 millones de dólares y durante los 11 días que duró el secuestro, cientos de policías “peinaron” la Costa del Sol con el fin de resolver un caso, que supuso el comienzo del crimen organizado en esa zona.
Hacía sólo un año, que los Nakachian se habían instalado en la Costa del Sol y era habitual verlos desplazarse en uno de sus dos Rolls Royce “hasta para ir al mercado”, pues Nakachian y su esposa Kimera, cantante y descendiente de la familia imperial coreana, vivían de una forma absolutamente ostentosa.
Ese día, cuatro individuos armados secuestraron a la pequeña tras bloquear el coche con dos furgonetas y la Policía Judicial empezó a trabajar con la información, enviada por el Ministerio de Interior francés, de que un preso recién fugado, iba a realizar “una operación muy importante en el sur de España”.
Su padre Raymond Nakachian nacido en Beirut, empezó a estudiar medicina, pero pronto prefirió dedicarse a los negocios y en los años cincuenta, abrió en Londres el club nocturno más exclusivo de la capital, “La Discothèque”, aunque su fortuna la conseguiría en Arabia Saudí, al hacer negocios con la familia real de aquel país.
La primera llamada sobre su hija, la recibió treinta horas después del secuestro, pidiéndole 16 millones de dólares en marcos alemanes, francos franceses y suizos, y pesetas, que luego quedaron rebajados a cuatro.
En este tiempo, la policía estuvo cerca de localizar a la niña, pero sin resultado, hasta que el octavo día ocurrió el milagro, al encontrarse en una calle, de Torremolinos, una billetera con el borrador de una carta en francés, que coincidía con la petición que los secuestradores habían hecho en su última llamada.
Los policías rastrearon la zona y localizaron apartamentos alquilados por franceses y tras una vigilancia, localizaron a Jean Louis Camerini, el jefe de la banda —quien había perdido la cartera— y Ángel García Menéndez, otro delincuente y único español del grupo, cerrando así el círculo.
En uno de los cuartos estaba Mélodie sedada y a su lado el secuestrador que la custodiaba, que recibió un disparo de la policía cuando intentó usar a la niña como escudo, resultando detenida casi toda la banda, con un total de 18 delincuentes, luego condenados a penas de entre 12 y 20 años.
Mélodie se licenció en psicología y meteorología en Denver -EEUU - y marchó a Corea del Sur con su familia materna, aunque pasa veranos en España.
Raymond Nakachian, murió en Estepona, en junio de 2014 a los 82 años, acompañado de su familia, entre los que estaba su hija Melodie que reside en el extranjero.
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