Tal día como hoy 12 de julio de 1543, se celebra el matrimonio entre Catalina Parr y Enrique VIII. Como reina, Catalina será en parte responsable de la reconciliación de Enrique con sus hijas, María e Isabel y mantendrá, asimismo, una buena relación con el príncipe Eduardo, futuro rey Eduardo VI. Será la última de las seis esposas de Enrique VIII y la única que sobreviva a los caprichos de su marido.
El perfil de Catalina fue completamente distinto de las esposas anteriores del rey y no tenía nada que ver con el de ninguna de ellas.
En primer lugar era mucho más mayor que todas las anteriores, pues Catalina tenía 32 años, aunque había una gran diferencia de edad, porque el rey tenía 55 y por tanto eran 23 años, aunque no era tan escandalosa como la de Enrique con su quinta esposa Catalina Howard, que tenía 17 años. Por otra parte Catalina Parr tenía mucha más experiencia, ya que había estado casada dos veces.
Cuando Enrique la conoció, siguiendo su norma habitual, se enamoró el mismo día y le envió valiosos regalos, siguiendo también su costumbre. El problema es que Catalina aún estaba casada, pero su marido era muy viejo y enfermo y pocos meses después falleció.
Enrique no sabía que Catalina era amante de Thomas Howard, hermano de su tercera esposa Juana Seymur y tío por tanto de Eduardo, el heredero a la corona de Inglaterra Eduardo VI.
Catalina no estaba ilusionada con el matrimonio con el rey y desde luego no estaba enamorada de él. Además los antecedentes de este le daban mucho miedo, ya que hacía poco que el rey había ejecutado a su quinta esposa y en la memoria la famosa ejecución de Ana Bolena.
Si las mujeres, en general, buscan un matrimonio estable, los antecedentes de Enrique no eran ideales y casarse era poner en riesgo su propia vida, en caso de que el matrimonio funcionara mal.
Pero Catalina también sabía que no podía decirle no al rey. Y por otra parte, aunque no le gustaba Enrique sí le gustaba la posición de poder que podría significar convertirse en reina de Inglaterra, especialmente para favorecer la causa del protestantismo en Inglaterra.
Otra diferencia esencial, es que se trataba de una persona muy culta que con 32 años tenía una sólida formación humanística y religiosa y cuando Enrique se fue a luchar a Francia durante cuatro meses, ella asumió las tareas de Gobierno y se convirtió en la reina de Inglaterra, lo cual hubiera sido inimaginable en el caso de las anteriores esposas.
Además el rey la escuchaba con interés y atendía sus opiniones políticas y religiosas, siguiendo a menudo sus consejos, incluso cuando le pidió que trajera a la Corte a sus hijas Elisabeth y Mary y que las volviera a poner en la línea de sucesión. Ambas volvieron a la Corte y Enrique vivió unos años tranquilos en familia.
Estuvieron cuatro años casados, sin ningún escándalo y sin que Enrique tuviera otras amantes ni mostrara deseo de divorciarse y el matrimonio se terminó simplemente por la muerte del rey.
Sólo seis meses después de la muerte de Enrique, Catalina Parr se casó con Thomas, el hermano de Juana. Se trata de la única reina de Inglaterra que se ha casado cuatro veces. Catalina, a pesar de que era muy joven -36 años - murió un año después de casarse con Thomas.
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