miércoles, 6 de octubre de 2021

El asesinato del presidente egipcio, Anwar el-Sadat

Tal día como hoy 6 de octubre de 1981 el presidente egipcio Anwar el-Sadat se encontraba en el palco presidencial del estadio Medinet Nasr, viendo el desfile militar que conmemoraba la guerra de 1973 contra Israel, cuando seis soldados lanzaron granadas de mano contra él y abrieron fuego con sus armas. Anwar el-Sadat moría esa misma madrugada por las heridas recibidas.

En el ataque perecieron otras cinco personas. Otras 38 resultaron heridas. Los tres egipcios muertos fueron el general Hassam Allan, el jefe de] organismo central de la iglesia copta y uno de los obispos de esta religión.

Las fuentes oficiales egipcias no dieron a conocer la identidad de los dos muertos no egipcios, ni tampoco la de los heridosm sin embargo, que entre estos últimos figuraba el embajador belga en El Cairo, Claude Nuelle; el ministro irlandés de Defensa, Jim Tully, tres oficiales norteamericanos y un diplomático cubano.

En el enfrentamiento que se produjo inmediatamente después entre la guardia personal de Sadat y los seis agresores, tres de éstos murieron y los restantes fueron arrestados. Escenas de histeria colectiva siguieron al tiroteó. Numerosas personas, entre ellas niños, fueron pisoteadas y aplastadas por miles de civiles y militares que huían a la desbandada del escenario. de la agresión. Un camión de 30 toneladas, que transportaba un cohete antiaéreo, aplastó a un joven en una brusca maniobra de marcha atrás.

El anuncio oficial de la muerte se hizo en la capital egipcia varias horas después del atentado y cuando numerosas agencias informativas extranjeras y emisoras de televisión, sobre todo norteamericanas, daban ya al rais corno fallecido. Radio y televisión egipcias comenzaron a partir de las cuatro y media de la tarde a difundir versículos del Corán.

Desde su llegada al poder en 1970, tras la muerte de Gamal Abdel Nasser, el-Sadat protagonizó un cambio de paradigma respecto a su predecesor que comenzó con un distanciamiento progresivo de la Unión Soviética y una serie de medidas liberales con las que se acercaba a Estados Unidos.

También cambió la estrategia respecto a Israel al conseguir darle un susto lo bastante grande durante la guerra de Yom Kippur como para que pudieran firmar una paz duradera con ellos. Este gesto fue precisamente el que fue interpretado como una traición por los sectores más radicales de Egipto.

La mala situación económica y social fue aprovechada por los opositores de Sadat para crear malestar y llevar sus protestas a las calles, a las que el gobierno respondió con represión.

El caos que siguió al atentado provocó la muerte de decenas de personas y muchos más heridos debido bien a los tiroteos y explosiones que lo siguieron o a las estampidas de gente asustada que intentó huir del lugar.

Menos de dos semanas después de la muerte de Anwar el-Sadat, Egipto eligió como presidente a Hosni Mubarak.

 




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