martes, 12 de octubre de 2021

El atentado fallido contra Margaret Thatcher

 

Tal día como hoy 12 de octubre de 1984, durante la madrugada,  el Gran Hotel de Brighton - sur de Inglaterra - fue el escenario de un atentado terrorista orquestado por el Ejército Republicano Irlandés (IRA) para acabar con la primera ministra británica Margaret Thatcher, que salió milagrosamente ilesa.

El Partido Conservador estaba allí reunido para celebrar su conferencia anual en la localidad sureña, como ya era costumbre. Un mes antes de los sucesos, el miembro del IRA y experto en explosivos Patrick Magee acudió al hotel y pidió alojarse en la habitación 629, que estaba justo debajo de la que ocuparía la primera ministra en octubre.

Allí, instaló una bomba con casi cincuenta kilos de explosivos y la ocultó tras un panel del cuarto de baño con un temporizador. La noche de los hechos, Margaret Thatcher y su equipo estaban en otra habitación trabajando hasta altas horas de la madrugada pero terminaron pocos minutos antes de las tres.

Thatcher se disponía a irse a su habitación y usar el baño cuando su jefe de gabinete, Robiin Butler, la llamó para que firmase unos papeles. Esa última distracción fue lo que le salvó la vida, ya que retrasó su marcha lo suficiente como para que la bomba solo le produjese heridas superficiales. De haber estado en la habitación o el baño, teniendo en cuenta la potencia de la explosión, es casi seguro que Margaret Thatcher habría muerto al instante.

La bomba causó 5 muertos y decenas de heridos. Los bomberos y las autoridades acudieron de inmediato al hotel. La evacuación se retrasó ligeramente ya que se temía que hubiese otros artefactos explosivos en el edificio.

Nada más salir del hotel, Margaret Thatcher se plantó ante los periodistas que informaban de lo sucedido y, claramente turbada por lo sucedido, declaró que “uno ve esas cosas horribles de bombas pero nunca espera que le pasen a él”, que “la vida sigue como siempre” y que la conferencia del Partido Conservador “se celebraría como siempre”.

El responsable, Magee, fue identificado por unas huellas dactilares que dejó durante su estancia en el hotel, arrestado y condenado a ocho cadenas perpetuas. En un principio debía haber cumplido un mínimo de 35 años en prisión pero se vio beneficiado por los acuerdos de paz de Viernes Santo y salió en 1998.

El atentado contra Margaret Thatcer en el Gran Hotel de Brighton se convirtió en el primer intento violento por deponer a un dirigente en Reino Unido desde la llamada Conspiración de la Pólvora de 1605, cuando Guy Fawkes y un grupo de católicos intentó asesinar a Jaime I volando el parlamento.

 

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