Tal día como hoy, 26 de octubre de 1580, fallecía víctima de una epidemia de gripe la Reina de España y Portugal Ana de Austria, cuarta esposa del Rey Felipe II.
Ana de Austria fue la cuarta y última esposa, del rey Felipe II de España. Hija del emperador Maximiliano II, se casó con su tío Felipe II en 1570, con el objetivo de asegurar la descendencia masculina, de la Corona. De su matrimonio nació el futuro Felipe III, aunque la propia Ana murió, en 1580 a causa de una epidemia de gripe
Hija del emperador Maximiliano II de Austria y de la infanta María, contrajo matrimonio con su tío el Rey Felipe II a la muerte de su tercera esposa, Isabel de Valois. Este matrimonio fue posible, gracias a una dispensa papal, emitida por el Papa Pio V.
Tras la muerte de Isabel de Valois, la tercera esposa del rey, quien tampoco había dado un heredero varón. El matrimonio buscaba estrechar los lazos, con el Sacro Imperio y asegurar la sucesión.
El compromiso se celebró en Flandes, el 12 de septiembre de 1570 y dos meses más tarde, el 12 de noviembre de ese mismo año, se ratificó en la ciudad de Salamanca.
El objetivo fundamental de la unión, era asegurar la sucesión al trono con un heredero, pues Felipe II todavía no tenía hijos varones. Fruto del enlace nacieron cinco hijos, de los cuales tan solo sobrevivió el infante Felipe, quien reinaría años más tarde como Felipe III de España.
En 1580 estaba en Badajoz, donde la corte estuvo brevemente, debido a la reclamación de Felipe II al trono portugués. Ana muere allí mismo ocho meses después de dar a luz, a su última hija, María.
Ana de Austria, murió el 26 de octubre de 1580 en Badajoz a causa de una epidemia de gripe que se había desatado en la ciudad mientras la corte se encontraba allí para asuntos relacionados con la anexión de Portugal.
Ana se contagió, mientras cuidaba a su esposo, quien también enfermó pero logró recuperarse. La reina murió embarazada de seis meses y fue enterrada, inicialmente en el Monasterio de Santa Ana de Badajoz, siendo trasladada posteriormente a El Escorial.
Como recuerdo, se permitió que las entrañas de la reina, se quedaran enterradas en el citado monasterio pacense, donde actualmente permanecen enterradas, en el suelo del coro. Después de la muerte de Ana, Felipe II no volvió a casarse.
Existe la leyenda, de que ofreció su vida a cambio de la de su marido, muriendo de la misma enfermedad que había padecido él, contrayéndola, una vez se hubo curado el monarca.

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