Tal día como hoy 14 de abril de 1205, en la actual Turquía, en las llanuras de Adrianópolis, escenario de batallas durante siglos para conquistar Constantinopla, tiene lugar la batalla del mismo nombre en la que los búlgaros destruyen casi por completo al ejército franco, logrando capturar a su emperador Balduino I, del que nunca más se volverá a saber, terminando así con el objetivo de conquistar el Imperio bizantino.
Balduino I, conde de Flandes, fue el primer emperador del Imperio latino, hijo de Balduino V, conde de Henao, y un aliado de la casa real inglesa de los Plantagenet, que combatió del lado de Ricardo I de Inglaterra “Corazón de León”, contra Felipe II de Francia.
Durante la Cuarta Cruzada, promovida por el papa Inocencio III, Balduino participó en la entronización de Alejo IV como emperador de Constantinopla en 1203, hasta que después de que este fuera depuesto en el 1204, los cruzados tomaran el poder, siendo elegido Balduino, gobernador de un nuevo estado latino y coronado emperador en 1204, en la iglesia de Santa Sofía.
El papa, aunque inicialmente sorprendido por el saqueo de los cruzados de Constantinopla y desconcertado, porque no se le consultó sobre la partición del imperio, rápidamente reconoció al emperador latino e incluso sus enemigos reconocieron que Balduino era un hombre de “coraje, piedad y autocontrol”.
Durante el invierno siguiente, los francos continuaron con las conquistas en Bitinia, sin embargo, en febrero los griegos se rebelaron en Tracia, confiando en la ayuda de Kaloyan, el zar de Bulgaria, cuyos ofrecimientos de alianza habían sido rechazados.
La guarnición de Adrianópolis fue expulsada y Balduino, se dirigió a sitiar la ciudad, pero el 14 de abril de 1205, los caballeros francos fueron derrotados y el emperador capturado por los búlgaros.
A mediados de julio del siguiente año, se supo que había muerto y aunque las circunstancias de la muerte no se conocen con exactitud; parece que al principio fue tratado como un rehén valioso, pero en un repentino arrebato de rabia, el monarca búlgaro decidió sacrificarlo.
Según una leyenda búlgara, Balduino causó su propia muerte al seducir a la esposa de Kaloyan, lo cual hizo a este montar en cólera, ordenando su muerte y, según el historiador Jorge Acropolita, tras su ejecución, el zar hizo una copa para beber con el cráneo de Balduino.
En cualquier caso, el zar Kaloyan escribió al papa Inocencio III, informando que Balduino había muerto en prisión. La torre de la fortaleza de Tsarevets de la capital medieval de Bulgaria donde supuestamente estuvo preso, se sigue llamando “torre de Balduino”.
Veinte años después, en 1225, apareció un hombre en Flandes afirmando ser el Balduino muerto y pronto se iniciaron una serie de rebeliones y revueltas contra el gobierno de la hija de Balduino. Finalmente, desenmascarado como un siervo, el falso Balduino fue ejecutado en 1226.
(La torre de Balduino)
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