Tal día como hoy 8 de abril de 1906, concluye con la firma el día anterior, de el “Pacto de Algeciras”, que otorga a Francia y España poder supremo sobre Marruecos.
La llamada Conferencia Internacional de Algeciras tuvo lugar en esta ciudad española entre el 16 de enero y el 7 de abril de 1906 y su objetivo fue solucionar la llamada primera crisis marroquí, que enfrentaba a Francia con Alemania.
Dicha crisis había surgido en 1904 con motivo del acuerdo suscrito entre Francia y España, con la anuencia del Reino Unido, para delimitar las zonas de Marruecos sobre las que las dos primeras ejercerían su protectorado.
Los alemanes mostraron su disconformidad con este pacto, al estar interesados en tener un protectorado propio en Marruecos, alegando la enorme deuda del sultán con bancos alemanes y el interés de comerciantes germanos en desarrollar actividades en suelo marroquí.
En visto de ello, iniciaron una ofensiva diplomática que culminó con la visita a Tánger del káiser Guillermo II, que anunció su defensa de la independencia marroquí y exigió la convocatoria de una reunión de las potencias afectadas por la situación del sultanato, lo cual implicaba una crítica a los intereses coloniales de Francia en la región.
Se barajaron como sedes las ciudades de Tánger y Madrid, aunque finalmente se designó Algeciras, por ser un lugar equidistante entre Madrid y Rabat, celebrándose las sesiones en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Algeciras, asistiendo; Alemania, Francia, España, Marruecos, Reino Unido, Imperio Austrohúngaro, Estados Unidos, Bélgica, Italia, Países Bajos, Rusia, Portugal y Suecia.
España adquirió obligaciones para ejercer un protectorado en el norte de Marruecos, que quedó designado como “Marruecos español” y a Francia le correspondió el sur, lo cual dejó al Imperio Alemán sin alguna ganancia colonial tangible al final de la Conferencia.
La ambición alemana causó que Gran Bretaña apoyara las pretensiones francesas, pues desconfiaba que Alemania ganase una posición colonial en Marruecos, pensando en Gibraltar y la posibilidad que la Marina alemana instalase una base en el Mediterráneo, reduciendo la situación privilegiada de la Armada inglesa.
Desgraciadamente, los acuerdos no terminarían con el conflicto ya que otra vez se reprodujo en 1911cuando estalló la “segunda crisis marroquí” originada tras la acusación alemana de que Francia había incumplido el Acta de Algeciras.
El envío de un buque de guerra alemán a Agadir para hacer valer sus exigencias territoriales, desencadenó esta nueva crisis internacional, en la que Francia se doblegó a las pretensiones alemanas, cediendo parte del Congo a cambio de total libertad en Marruecos.
Sin embargo nada se consiguió, pues se exaltaron los ánimos nacionalistas franceses y alemanes y se despejó el camino hacia la Primera Guerra Mundial.
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