Tal día como hoy, 24 marzo de 1989 el
petrolero Exxon Valdez vierte al mar 36.000 toneladas de petróleo en
aguas de Alaska, afectando 2.000 km de costa. Este desastre dará
lugar a que se apruebe una nueva legislación medioambiental en los
Estados Unidos - “Oil Pollution Act”- de 1990.
El Exxon Valdez era un petrolero
construido en el año 1986
y en su tiempo fue considerado un buque moderno de construcción
enteramente soldada y diseñado para cumplir los acuerdos de la
convención internacional para la prevención de la polución del año
1978.
Con sus 300 metros de eslora y con un
calado de casi 20 metros, estaba habilitado para el transporte de 1,5
millones de barriles de petróleo por travesía. El buque permaneció
en servicio hasta el año 2009 bajo la bandera de la compañía Dong
Fang Ocean y fue desguazado en la India en el año 2012.
El Exxon Valdez zarpó el 23 de Marzo de
1989 y a las 23 horas, el capitán del barco comunicó a la torre de
control de costas, que estaba alcanzando la velocidad de crucero,
decisión discutida por encontrarse el canal de salida del puerto con
enormes bloque de hielo.
El capitán, para irse a descansar dejó
al mando del timón, al entonces tercer oficial Cousins y el timonel
Kagan, indicándoles que pusieran el piloto automático y mantuvieran
el rumbo.
A las 7 horas de la mañana el Exxon
Valdez se estremecía con una serie de sacudidas en unos escollos de
los islotes de Bligh. En pocas horas, se formó una enorme mancha de
petróleo a través de la costa de la Alaska, transformándose en una
de las mayores catástrofes ecológicas ocurridas en toda la historia
de los Estados Unidos.
La manta de petrolero derramada cubrió
1.300 millas de costa, matando a cientos de especies marinas como
focas, ballenas y pájaros. El petróleo derramado por el Exxon
Valdez fue la quinta parte de su carga, pero se extendió, debido a
la baja temperatura de las aguas, vientos intensos y mar agitada a
través de casi 7000 kilómetros cuadrados de costa.
Debido a la dispersión de la población
en esos remotos lugares de Alaska, no fue posible iniciar las tareas
para frenar la contaminación hasta pasadas doce horas después del
accidente, lo que contribuyó a una mayor dispersión de la mancha de
crudo.
En septiembre del año 1991 se anunció
que la Exxon había satisfecho una indemnización de 150 millones de
dólares en concepto de sentencias judiciales y para paliar el coste
de los trabajos de descontaminación en las costas de Alaska.
El timonel Kagan era un profesional con
13 años de experiencia en la compañía, con unos informes de
evaluación profesional altamente favorables, que indicaban que era
competente para recibir órdenes sencillas pero era desaconsejable
indicarle trabajos con una elevada complejidad.
Las iniciativas del tercer oficial
Cousins, fueron altamente discutibles ya que retrasó un giro seis
minutos y quizás no ordenó con la rapidez suficiente un cambio de
rumbo. El capitán Hazelwood indicó que dio órdenes precisas sobre
el rumbo que se debía seguir y se aseguró de que se habían
comprendido, entendió que dejaba el buque en unas manos expertas y
de confianza, pero las posteriores investigación federales pusieron
en duda estas afirmaciones.
El 29 de enero del año 1990 el capitán
Hazelwood fue demandado por daños y perjuicios y en marzo de 1990
fue absuelto de todas las imputaciones salvo la de vertido de
petróleo por negligencia y fue condenado a una pena de prisión con
libertad condicional.
Debido a este accidente el presidente
George W Bush impulsó una ley - “Oil Pollution Act”- en la cual
a todos aquellos petroleros que no dispongan de doble casco, se les
prohíbe su navegación por las aguas jurisdiccionales
estadounidenses.
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