Tal día como hoy, 28 marzo de 1939, con la toma de Madrid,
termina realmente la Guerra Civil Española, que había comenzado en 1936, tras
el intento de un golpe de Estado por parte del ejército contra el
gobierno. Como muchos conflictos modernos, otros países se
involucraron apoyando a un bando u otro con armas y voluntarios.
La Guerra Civil española no fue
diferente, con el gobierno en el poder obteniendo el apoyo de la
Unión Soviética y México, y los rebeldes apoyados por Italia y
Alemania. La Guerra Civil , también mostró lo peor de las
personas, con terribles atrocidades cometidas por ambas partes durante
la guerra, con más de 100.000 personas ejecutadas.
El 16 de
noviembre de 1938, la retirada de los últimos
efectivos del Ejército Popular a la orilla este del Ebro, no solo puso fin al mayor encuentro de la guerra
civil, sino que marcó el inicio de la descomposición de la
capacidad de resistencia de la República que desembocó en el final
de la contienda.
La operación, que pretendía mantener
el espíritu de resistencia hasta que la situación internacional
permitiera una salida más favorable al conflicto para los
republicanos, acabó por desgastar a las unidades más combativas de
las que disponían, mientras se esfumaban, tras la
conferencia de Múnich, las posibilidades de que potencias
extranjeras, mediaran en una solución negociada a la guerra.
El presidente del Gobierno, Juan Negrín, necesitaba con urgencia una
nueva acción de calado estratégico, antes de que terminara el año. El Plan diseñado para partir el
territorio sublevado en dos por Extremadura, era ahora inviable, así
que esta necesidad se tradujo en un más limitado, pero aún
ambicioso, plan para operar en Motril, Brunete y Peñarroya que, sin
embargo, se demoró por desavenencias en la cúpula militar
republicana.
Estos retrasos del enemigo permitieron
a Franco lanzar su ofensiva sobre el territorio catalán.
El Ejército de Norte, inició la campaña y un día antes de la
Nochebuena de 1938, los cuerpos de ejército franquistas rompieron el
frente por la localidad de Tremp, y por Serós.
El mando republicano, trató de
contrarrestar la ofensiva poniendo en marcha sus planes en el sur, dando lugar a lo largo de enero a la batalla de
Peñarroya. Allí el Ejército de Extremadura republicano, consiguió
un notable éxito inicial, que sin embargo, pronto quedó anulado, por
la acción de las tropas de Queipo de Llano y no logró frenar el
avance franquista en Cataluña, que tomaron Tarragona el día 15 de
enero y Barcelona el 26.
Las esperanzas de que la capital
catalana se convirtiera en un segundo Madrid ya no tenía sentido y
en febrero, caerían Gerona y Figueras, y se habían cerrado los
pasos hacia Francia de Port Bou y La Junquera. Cerca de 230.000 combatientes y 45.000
civiles cruzaron los Pirineos hostigados por la aviación y también
había abandonado el país el Gobierno republicano.
El 5 de marzo, Julián Besteiro
proclamó desde Madrid la creación de un Consejo Nacional de Defensa
y se afanó en iniciar conversaciones para alcanzar una paz honrosa.
Para oponerse a las unidades del Ejército del Centro, afines a los
comunistas, el nuevo consejo se apoyó en el cuerpo de ejército del
anarquista Cipriano Mera, dando lugar a sangrientos días en la
capital mientras la República terminaba de descomponerse.
La “resistencia a ultranza” que prponóa
Negrín, había sido una ilusión, Franco solo admitiría una
rendición incondicional y el día 25 de marzo, dio por rotas las negociaciones
y ordenó avanzar en todos los frentes, sin que hubiera por parte de
las tropas republicana voluntad de oponerse.
El acto de rendición de la capital, se
escenificó el día 28 de marzo entre las ruinas del Hospital Clínico de la
Ciudad Universitaria, que se habían hecho mundialmente famosas en los
primeros compases de la contienda.
Tres días después, el 1 de abril, se
firmaba en Burgos el último parte de guerra de la contienda,
atestiguando el final de la guerra civil española.
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