Tal día como hoy, 3 de marzo de 1875,
la Opéra-Comique de París fue testigo de la primera representación
de Carmen, una de las óperas más míticas reconocidas en la
actualidad.
Basada en la novela con mismo nombre de
Prosper Mérimée, fue el resultado de un encargo de la Opéra-Comique
al compositor Georges Bizet para que creara una ópera de tres actos
a la que Henri Meilhac y Ludovic Halévy darían un libreto.
Se desconoce cuál fue la motivación
de Bizet para adaptar esta novela en concreto, pero sí se sabe que
la partitura original sufrió varias modificaciones antes del
estreno. Los protagonistas de esa primera representación fueron
Célestine Galli-Marié como Carmen, Paul Lhérie como Don José y
Jacques Bouhy como el torero Escamillo.
La ópera sitúa su acción en la
Sevilla de principios del XIX, representada como una tierra exótica
de bandoleros y pasión. La trama sigue el obsesivo amor que Don José
siente por Carmen, a quien salva de la prisión después de que
hiciera un “empate”, un corte en forma de cruz en la cara.
Este hecho lleva a Don José a la
cárcel y a perder su graduación de cabo en el ejército, uniéndose a
un grupo de bandoleros y huyendo a las montañas. La ópera finaliza
en la plaza de toros donde Don José, celoso por ver a Carmen del
brazo del torero Escamillo y tras ser ridiculizado por esta, la mata
en un ataque de ira.
La obra, considerada en la actualidad
uno de los mejores ejemplos de opéra-comique - género en el que se
combinan diálogos hablados con las partes cantadas-, no entusiasmó
al público y a la crítica en su estreno.
Los aficionados a la ópera no estaban
acostumbrados a que este tipo de obras representasen las vidas de
gente común, soldados, tabaqueras, gitanas y bandoleros, y esto pudo
provocar un rechazo inicial.
Su verdadero camino a la fama llegaría
tras su estreno en Viena en octubre de 1875. Un éxito que su
compositor no pudo disfrutar, ya que murió de una aneurisma, tres meses después del estreno en París.
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